Automovilismo

El salto mundial de la Fórmula E

La Federación Internacional sube la categoría al certamen de monoplazas eléctricos creado por el español en 2014 y lo iguala con la Fórmula 1

Javier Asprón

En un gesto nada improvisado, la Federación Internacional del Automóvil (FIA) ha hecho coincidir la Cumbre del Clima de Madrid (COP25) con su decisión de otorgar el rango de campeonato del mundo a la Fórmula E , el certamen de monoplazas eléctricos creado por Alejandro Agag en 2014. En la práctica, supone ponerlo al mismo nivel de la Fórmula 1, por lo que a partir de 2020 convivirán en el calendario dos Mundiales de monoplazas con idéntico estatus, pero de genética bien distinta. El primero, ruidoso y exclusivo hasta el extremo, ha cumplido 70 años y vive un proceso constante de reinvención, atrapado en una sociedad cada vez más hostil con todo lo que representa. El segundo, silencioso y sostenible, no solo ha logrado sobrevivir en el despiadado mundo del motorsport, sino que cada año evidencia una mejor salud pese a que está lejos de contar con el apoyo masivo de los aficionados.

«La Fórmula E ha demostrado que la tecnología eléctrica de vanguardia funciona en la competición y que es relevante para la industria automotriz», explicaba ayer Jean Todt , presidente de la FIA. El gran artífice de los cinco títulos de Michael Schumacher en Ferrari quiso poner en valor uno de los principales activos del campeonato: haber convencido a los fabricantes para invertir recursos en él y hacerse un hueco en un mercado pujante.

Así, la sexta temporada de la Fórmula E se puso en marcha hace dos semanas en Al Diriyah (Arabia Saudí) con nueve constructores de primer nivel en la parrilla: Audi, BMW, Porsche, Mercedes, DS, Jaguar, Mahindra, Nissan y Venturi . Semejante despliegue contrasta con la dificultad de la F1 para mantener a sus cuatro grandes fabricantes (Ferrari, Mercedes, Honda y Renault).

El otro gran acierto del certamen de Agag ha sido dotarse de un carácter urbano. Qué mejor para demostrar las virtudes del coche eléctrico que hacerlo correr por las calles de las grandes ciudades sin que molesten a los vecinos. Roma, París, Berlín, Nueva York o Londres son algunas de las ciudades que han montado trazados urbanos para incrustar los e-bólidos en sus ciudades. Por último, el nuevo Mundial también presume de la igualdad que tanto echa de menos la F1. Solo el curso pasado tuvieron nueve equipos diferentes en lo más alto del podio.

«Todo lo que hemos trabajado hasta ahora estaba encaminado a tener un campeón mundial, lo que dará más credibilidad a un producto deportivo espectacular», señalaba Agag, quien confía en que la nueva categoría eleve también el nivel de una parrilla que adolece de una gran estrella. Ese, y atrapar el interés de los aficionados, serán ahora sus grandes retos.

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