Símbolo de lucha racial

Kaepernick, del ostracismo a las disculpas de la NFL

El triunfo de la doctrina Thuram

Kaepernick, en el centro, durante un partido de la NFL 2016 EFE

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En 2012 llevó a los San Francisco 49ers hasta la Super Bowl; la de 2016 fue una de sus mejores temporadas en cuanto a pases, capturas y yardas. Más que suficiente para asegurarse una renovación millonaria. Pero hincó la rodilla. Y aunque algunos más lo siguieron no hubo ni indulto ni perdón para él. Para la NFL y buena parte de Estados Unidos, incluido el presidente Donald Trump, Colin Kaepernick había traicionado a su himno, a su patria. Cuatro años después, la liga de fútbol americano asume que se equivocó . Quienes lo desterraron de los campos de fútbol hoy le piden perdón, aun sin mencionarlo, en un mensaje lanzado por el jefe de la NFL, Roger Goodell . «Nosotros, la NFL, admitimos que nos equivocamos al no escuchar antes a nuestros jugadores y alentarlos a hablar y protestar pacíficamente . Nosotros, la NFL, creemos que cada vida negra importa». Demasiado tarde para Kaepernick. Dijo adiós a aquel contrato, a su carrera, al deporte. Con 29 años, nunca volvió a dar un pase, como habían prometido dueños de muchos clubes. Por un gesto. Una rodilla. La que hoy recuperan, tras la muerte de George Floyd, ciudadanos, políticos y policías como símbolo de lucha contra la brutalidad policial y el racismo. Cierto honor restituido para Kaepernick .

No fue su primera protesta; tres partidos antes de aquella rodilla algunos se fijaron en que se mantuvo sentado mientras sonaba el himno estadounidense. No pretendía hacer una campaña política. Así se expresó entonces: «No puedo mostrar orgullo por la bandera de un país que oprime a los negros. Esto es más grande que el fútbol, sería egoísta por mi parte mirar hacia otro lado». Todos lo hicieron después de aquello. Agente libre en 2017, después de que se le cerraran todas las puertas y a pesar de ganar un litigio contra la propia NFL por el ostracismo al que se le sometió . Fue invitado en 2019 a participar en unos entrenamientos para su posible vuelta al fútbol. Lo tomó como un acto publicitario y no acudió. Ya para 2018, sus gestos y palabras se convirtieron en emblema de la lucha contra el racismo. Nike le dio voz : «Cree en algo. Aunque signifique sacrificarlo todo».

«Condenamos el racismo y la opresión sistemática sobre los negros. Sin jugadores negros no tendríamos NFL. Las protestas son emblemáticas de siglos de silencio, injusticia y opresión hacia los jugadores, entrenadores y aficionados negros», sigue el alegato, el perdón a Kaepernick. Un jugador, adoptado por una familia blanca, apegado a la religión, que se ganó una beca universitaria al verlo jugar un partido de baloncesto. Hoy su rodilla es símbolo de lucha. La misma por la que perdió la suya.

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