España, campeona de Europa de balonmano

Jordi Ribera: análisis, readaptación y regreso al éxito

España, campeona de Europa

Un balonmano de familia y compromiso

Jordi Ribera AFP

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Es campeón de Europa por segunda vez , pero se dará pocos días para celebrarlo. Tiene un compromiso con el resto de entrenadores para marcar pautas para los jóvenes. Es Jordi Ribera un hombre que vive por y para el balonmano, que tomó la dirección de este grupo que lo había ganado todo, pero que había tocado el fondo del pozo tras la eliminación en el preolímpico de 2016. Fue pocos meses después, con esa espina clavada en el corazón del grupo, cuando intentó el más difícil todavía: recuperar no solo los podios, sino, sobre todo, la confianza y la pasión de un equipo que también vivía pendiente de una regeneración que se ha alargado un ciclo olímpico más.

Ribera, que ya realizó un trabajo estupendo llevando a Brasil hasta los cuartos de final de los Juegos que albergaban -cayeron ante Francia-, volcó todas sus enseñanzas y las readaptó a las exigencias y necesidades españolas , bronce mundial en 2011, campeona del mundo en 2013, bronce europea en 2015, plata europea en 2016 justo antes de su llegada. Un reto mayúsculo que ha sabido sacar adelante con el mismo compromiso que los jugadores ponen en la pista y esa capacidad para readaptarse a cada situación y a cada rival.

También ha comenzado una regeneración que se otea imprescindible a partir del próximo verano, pues Entrerríos, Aginagalde, Morros o Cañellas afrontan bien entrados los treinta un balonmano más físico que nunca. Y ahí están Solé, Gómez o Daniel Dujshebaev .

Analítico, calmado la mayor parte de las veces, y excelente profesor, señala sin embargo a los jugadores como actores principales. «El gran éxito de este equipo es el ambiente que se vive, el grupo que se ha creado y eso nos da una fuerza fuera de lo normal. El equipo está por encima de todo y eso es lo que nos ha llevado a este éxito . Es un grupo extraordinario y estoy muy contento por ellos. Solo voy a poner un ejemplo, un día les quería dar descanso y no me dejaron, lo que demuestra la implicación que tenía el equipo por conseguir el objetivo», señaló ayer.

Jorge Maqueda , ausente durante dos años en el vestuario nacional, también le agradeció la vuelta de la confianza con una actuación soberbia ayer en la final. «Todo el grupo está con él», admitía Álex Dujshebaev a este periódico hace unos días. Después de ese varapalo tremendo en 2016, Ribera les recordó a todos el gran balonmano que tenían dentro. Ha sabido moldear sus necesidades para llevarlos de vuelta a la gloria. Y a los Juegos.

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