Golf | Open Británico

Jiménez, Arnaus y Campillo, de vuelta a casa

La dureza del campo de Royal Portrush se cobra sus primeras víctima españolas

Miguel Ángel Jiménez no pudo celebrar con éxito sus bodas de oro en el British AFP

MIGUEL ÁNGEL BARBERO

Los viernes son los días más complicados en los torneos de golf profesionales. Es cuando se producen los cortes que mandan a la mitad de los participantes de vuelta a casa, sin posibilidad de luchar por los premios económicos y logros deportivos de la semana. Y esa tensión se palpa mucho más intensamente en los grandes, por todos los puntos del ranking mundial que se ponen en juego para los afortunados que llegan al fin de semana.

En el Open Británico , además, hay que contar con que las inclemencias climáticas pueden acabar con las opciones de algunos desde el primer día si les toca un turno de mal tiempo. Por ello esta segunda jornada se convierte en un calvario si la comienzan sabiendo que tendrán por delante un día duro sin ninguna posibilidad de clasificarse.

Cuando estrellas como Rory McIlroy (+8) o Tiger Woods (+7) pinchan la bola en el hoyo uno con la obligación de tener que hacer seis o siete golpes bajo par para seguir vivos en el torneo, deben tener los nervios muy templados para no venirse abajo ante el primer contratiempo. Una situación que se multiplica cuando quienes deben remontar no son deportistas de ese calibre.

Por lo que respecta al contingente español en este British , ya hubo un trío que quedó sentenciado desde ayer, pues Adri Arnaus (+4), Jorge Campillo (+5) y Miguel Ángel Jiménez (+11) llegaron hoy al campo con la obligación de realizar un resultado muy brillante para batirlo. Y no pudieron conseguirlo. Para jugar los links hay que ir sin prisas y no es fácil hacerlo cuando existe la obligación de terminar por debajo del par.

No obstante, Campillo estuvo a punto de lograr la machada, pues pasó por los primeros nueve hoyos con tres golpes de menos y se veía con buen ritmo; pero un cuádruple bogey en el 14 acabó con sus opciones. Su resultado final de (+7) no hace justicia con el nivel de juego desplegado. «De verdad que me veía con posibilidades de hacer una vuelta muy baja, pero ese hoyo me ha penalizado muchísimo. No lo he hecho tan mal como para llevarme un 8 de castigo», se lamentó.

Por lo que se refiere a Arnaus, pagó cara la novatada de jugar su primer Open, pese a que lo había preparado a conciencia rodeado de sus experimentando equipo ( Nacho Garrido y Pedro Linhart ). Volvió a repetir la tarjeta del viernes y con (+8) cerró una semana que le debe servir para crecer en el futuro. «Hay situaciones en las que fuerzas la máquina y acabas cometiendo errores, algo que aquí no te puedes permitir -reconoció-. Lo importante es aprender de la experiencia y sacar todas consecuencias positivas para poder volver en más ediciones».

Quien lamentó especialmente no poder cerrar un buen torneo fue Jiménez, ya que tenía muchos motivos para celebrar esta semana: cumplia sus bodas de plata en el Open, su torneo número 700 en el Circuito Europeo y se convertía en el español de mayor edad (55) en jugar un major. Mas todo eso le pesó en exceso. «Creo que he estado muy distraído estos días y así es dificíl afrontar un campeonato como este. De todas formas, espero que no sea el último, pues si vuelvo a ganar el Open Senior tendría una nueva oportunidad», bromeó el malagueño.

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