Blanca Fernández Ochoa, en una competición en 1994 EFE

Tomás González Martín

Blanca Fernández Ochoa , desaparecida desde el día 28 de agosto , es sinónimo de éxitos para el deporte español. Y de caminos abiertos para el resto de deportistas que viern en ella un ejemplo para adentrarse en el esquí. Estos son algunos de los logros conseguidos:

En 1988 consiguió su mejor clasificación final en la Copa del Mundo, cuarta , aunque no obtuviera ninguna victoria parcial. Su regularidad fue impresionante. La madrileña estaba en su madurez deportiva.

El 22 de diciembre de 1990, en Morzine (Francia), festejó su tercera victoria en la Copa del Mundo , de nuevo en eslalon.

Un año más tarde, el 1 de diciembre de 1991, ganó su cuarta última prueba de la Copa del Mundo, el eslalon de la localidad austriaca de Lech am Arlberg.

Pero en 1992 alcanzó el punto más alto de su carrera, la medalla de bronce en Albertville . Fue el premio a dos décadas de sacrificio para llegar al éxito. Blanca relataba en ABC en los años noventa lo duro que era, para un niña, vivir sola en las concentraciones de las competiciones de la Copa del Mundo.

Recibió multitud de reconocimientos públicos. En 1983 y en 1988 obtuvo el Premio Reina Sofía como mejor deportista española . Y en 1994 fue galardonada con la medalla de oro de la Real Orden del Mérito Deportivo.

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