De los Juegos Olímpicos a las aulas: los deportistas se centran en los estudios
Con su actividad parada y sin horizonte competitivo, muchos atletas han optado por dar un gran impulso a sus estudios
María Pérez , campeona de Europa de marcha, acaba de enviar su última práctica cuando descuelga el teléfono para atender a ABC. Son días cargados de trabajo para ella, y eso que, tras el aplazamiento de los Juegos Olímpicos , la carga de entrenamiento es mínima para lo que está acostumbrada. A falta de campeonatos o partidos, los deportistas como ella afrontan estos días otro tipo de pruebas en forma de exámenes finales. Muchos han aprovechado la ausencia de actividad competitiva para impulsar sus estudios, arrinconados en ocasiones por la alta competición y a los que la pandemia del coronavirus ha traído al primer plano.
«Dentro de la desgracia que estamos viviendo y de lo triste que es todo lo que está pasando, me han venido bien estos días porque la cabeza solo ha pensado en estudiar, estudiar y estudiar», explica Pérez, alumna aplicada a la que le quedan un puñado de asignaturas para acabar Educación Infantil en la Universidad Católica de Murcia (UCAM) . El método personalizado de este centro permite a los deportistas como ella seguir un plan adecuado a su actividad en todo momento, con tutores que adaptan el trabajo y los exámenes a la competición.
«Normalmente, en un año olímpico tenemos asumido que es muy difícil para ellos y que tenemos que ayudarles con su objetivo deportivo y no ser una distracción. Esa perspectiva ha cambiado totalmente este año y muchos de ellos han visto en la pandemia una oportunidad para adelantar materia y sacar adelante sus asignaturas y, por lo que hemos podido ir viendo en los parciales que han hecho hasta ahora, el resultado está siendo positivo», reconoce Juan Alfonso García , vicedecano de la Facultad de Deporte y uno de los tutores que desde hace años supervisan el camino académico de algunos de los mejores deportistas del país.
Estar preparado
Se ha encargado la UCAM de reunirlos a casi todos bajo su paraguas hasta convertirse, por derecho propio, en la universidad del deporte. En total, más de 450 atletas se forman con el apoyo del COE en sus aulas virtuales, lo que ha hecho más sencillo su aprendizaje a distancia en tiempos de coronavirus, en los que la incertidumbre invita a pensar en el futuro más que nunca.
« Es inevitable que le des más vueltas a la cabeza , porque te das cuenta de que en un momento la vida te cambia y puedes quedarte sin nada. Esta vez ha sido una pandemia, que pensábamos que era algo de otra época, pero en el futuro puede ser otra cosa. Hay que estar preparado, porque nunca sabes lo que puede ocurrir. La formación es un colchón y una preparación extra para afrontar la vida. Cuanta más formación tengas y más curioso seas, mejor, porque cuando acabamos nuestra vida deportiva lo que no vamos a tener es experiencia laboral», asume Paco Cubelos, piragüista campeón de Europa y subcampeón del mundo.
Confinado en su casa de Talavera estos días, a la espera de que se retome la actividad normal y abra la residencia Blume del CAR de Madrid , al talaverano se le alargan más que nunca las horas. «Es increíble, porque a veces llego al final del día y me da tiempo a tumbarme en el sofá y ver alguna serie. Pequeños placeres que habitualmente no tengo. Normalmente, entre ir y volver al pantano, el entrenamiento y la preparación física, apenas me quedaba un rato para estudiar después de cenar e irme a la cama», explica el manchego, estudiante de Administración y Dirección de Empresas.
Cubelos ha aprovechado ese tiempo libre para apretar y presentarse a cuatro asignaturas. Una más de las que tenía previsto. Un mundo para un deportista de élite como él. Su caso no es único, pues también Mireia Belmonte (natación), Damián Quintero (kárate) o las hermanas Eva y Marta Calvo (taekwondo) han dado un impulso a sus carreras en estos meses. Sus notas académicas llegarán en unos días y les situarán un poco más cerca del objetivo final, al tiempo que se acerca la cita olímpica, cuyo horizonte se ve aún lejos, pero que no se pierde de vista en ningún momento.
