Boxeo

Kerman Lejarraga, la esperanza fiera del boxeo español

El vasco (24 victorias, 0 derrotas y 19 KO's) peleará por el campeonato de Europa el 28 de abril. En sus manos descansa buena parte del presente y del futuro del pugilismo patrio

Kerman Lejarraga, en su última pelea contra José del Río Manu Cecilio
Jorge Sanz Casillas

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Para boxear por primera vez cuando tenía 17 años, Kerman Lejarraga ( Morga , Vizcaya, 1992) mueve los guantes como esos púgiles mexicanos que aprendieron a pelear antes de la primera comunión. Este joven de mirada gris y coletilla guerrillera nació con el don de la pegada y un punto de malicia imprescindible para sobrevivir en un deporte en el que o ganas o te ganan. El 28 de abril, Kerman disputará el europeo del peso welter y muchos le señalan como una de las principales esperanzas del boxeo español. «No tengo presión ninguna» , dice con una seguridad que no admite réplica. «El día de mañana me tocará perder. Y cuando pierda yo sé con quién estoy y con quién empecé. Así que presión ninguna». Toda una declaración.

Kerman entrena en un gimnasio del que nada más salir, si caminas treinta pasos cuesta abajo, te encuentras a lo lejos con el nuevo San Mamés. «Kerman vino por primera vez a través de un amigo común. Me dijo que me iba a traer un chaval un poco “movidito”», cuenta Txutxi del Valle , el hombre que pule y entrena un portento capaz de dar 66 kilos en báscula y subir al ring al día siguiente sobre 75. «Recuerdo un chico adolescente, con granos y muy timidito. Pero era de eso que le mirabas y tenía chispa».

Kerman le ponía voluntad e iba a diario desde Amorebieta hasta Bilbao en transporte público. «Cogía un autobús y luego el tren», recuerda el púgil, metido ya en plena preparación para el europeo. «Venía hasta el Casco Viejo de Bilbao y desde allí iba al gimnasio en bicicleta».

«La primera vez que guanteé con él me sorprendió la fuerza y el ímpetu que tenía», explica Txutxi del Valle. «Me pegó un voleón de derecha que me hizo daño. Me piqué , porque con 17 años tenía mucha fuerza. Te preguntabas: “¿Cómo puede tener tanta fuerza este muchacho?”».

Como Tyson

Aunque tuvo un inicio amateur discreto, pronto comenzó a quemar etapas y doblar rivales. Su última derrota data del año 2013, en Canarias, todavía como boxeador amateur. «En aquella época acababa de dejar a su novia de toda la vida. Tres días antes. Moralmente no estaba, era la primera vez que iba en avión y estaba nervioso», confiesa su entrenador. Desde entonces, todo victorias. Alguna de ellas tan contundente que hay quien sostiene que lo está fiando todo a su talento y que le falta técnica. «Eso es mentira. Kerman es un boxeador súper técnico», sostiene Del Valle. «Yo he oído decir que Mike Tyson no era un boxeador técnico. Y eso es mentira también. Tyson era súper técnico y lo que hacía lo hacía perfecto. ¿Qué pasa? Que dentro del boxeo hay estilistas y fajadores. Kerman para mí es un híbrido, aunque sí es verdad que al comienzo de ser profesional ha pecado un poco de bruto. Como se veía tan superior, iba a romper las cabezas».

«Soy un chaval bastante humilde a la hora de vestir, vivo donde siempre y sigo teniendo los mismos gastos que tenía al principio. No han cambiado mis hábitos y me da para vivir bien. Para vivir tranquilo, que es lo que me importa»

Kerman Lejarraga

boxeador

«A veces la gente que lo ve desde fuera dice que se lleva muchos golpes, pero yo te digo que Kerman tiene una defensa muy muy buena», añade Sergio García , campeón de España del peso superwelter, que está ayudando a Kerman en sus entrenamientos. «Se cubre muy bien y está mejorando mucho las piernas. Es muy completo y el título se lo va a llevar él».

Lo bueno que tiene Kerman es que no está obsesionado por seguir invicto, una condición que muchos púgiles se empeñan en preservar como una segunda virginidad. Sabe que la derrota es un ingrediente más de su oficio y que los guerreros también lloran . Hace un mes, sin ir más lejos, sufrió un corte en el párpado izquierdo mientras hacía sparring. Un golpe le llegó al rostro y una barra del casco le «pellizcó» cerca del ojo. Por un momento pensó que se quedaba sin europeo. «Recuerdo que me miró, me vio la cara, me quedé blanco y ahí se derrumbó», recrea Íñigo Herbosa , la persona que elige los rivales de Kerman junto con su entrenador. «Vio la cara de todos y empezó a llorar porque él no se vía el corte. Pero luego se dio cuenta de que no era tan grave».

Para el próximo 28 de abril, Kerman espera meter unas 7.000 personas en Miribilla, el pabellón donde juega el Bilbao Basket . Él es de los pocos púgiles españoles que vive exclusivamente del boxeo y eso es gracias a la gente que va a verle y a su buena cabeza. «No soy un chico que gasta mucho», reflexiona. «Soy un chaval bastante humilde a la hora de vestir, vivo donde siempre y sigo teniendo los mismos gastos que tenía al principio. No han cambiado mis hábitos y me da para vivir bien. Para vivir tranquilo –matiza–, que es lo que me importa. No quiero lujos, no quiero nada de eso».

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