Sevilla

Teatro Central: «Elektra.25», el motor de la venganza

Atalaya recupera la tragedia griega los días 12 y 13 de diciembre a las 12 horas con la dirección de Ricardo Iniesta

Imagen del nuevo montaje de Atalaya Teatro Central

Luis Ybarra Ramírez

Todo gira en torno al número 25 en la nueva producción de Atalaya, venganza elevada a la alta sangre que se remonta a un momento que no existió, pero que distintas sociedades han evocado de diferente forma. Se cumple un cuarto de siglo del estreno de su primera «Electra», una de las grandes puestas en escena del teatro andaluz de las últimas décadas que antecedió a «Medea» y «Ariadna». El montaje que se presenta este sábado y el domingo a las 12 horas en el teatro Central, además, será el vigésimo quinto de la compañía . También son 25 los siglos que han pasado desde el nacimiento del poeta griego Eurípides y los años que han transcurrido desde la muerte del dramaturgo Heiner Müller, con cuya «Elektratext» arranca este espectáculo que, por supuesto, se titula «Elektra.25».

Los mitos, como señala Octavio Paz en el ensayo «El arco y la lira», suponen la «invocación y convocación del tiempo original. Y, más exactamente, recreación del tiempo arquetípico». Por eso no se rigen por las leyes de la cronología ni de la historia. Son escenarios ideales, modelos que vuelven a ser presente cuando alguien decide tomarlos de nuevo, revivirlos. En esta ocasión, bajo la dirección de Ricardo Iniesta , se recupera al personaje mitológico Electra, que permitió en el siglo XX las conclusiones de un estudio psicológico que desembocó en la definición del complejo del mismo nombre. Este nace como contrapartida del de Edipo. Es decir, hace referencia a la atracción afectiva de la niña por el padre y su desvinculación de la madre . ¿Conoce la historia que llegó a través de las obras de autores como Homero, Sófocles, Esquilo y el ya mencionado Eurípides que recurren a esta figura?

El relato habla de venganza y de odio. De muerte, también. De traición en el seno de la familia y ruptura de lazos umbilicales. En resumen, la hija de Agamenón , rey de Micenas, y de su esposa , Clitemnestra, genera una quizá entendible repulsión hacia su progenitora cuando esta asesina a su padre . Ese es el conflicto que le ciega y que le mueve. El hecho que en definitiva nos ha traído hasta este párrafo y a esta obra con la intención de rememorar el mito: sed de sangre. Esta vez, en la versión de Sófocles, quien esculpió aquí la tragedia que mucho más adelante inspiraría a Shakespeare para escribir «Hamlet».

Luces, acción

La música en directo, el teatro y una elocuente apuesta por lo visual se combinan en esta espiral donde reina la violencia. Silvia Garzón, María Sanz y Raúl Vera interpretarán los tres personajes de mayor peso: Electra, Klitemestra y Egisto, aunque el escenario será un continuo recital de rostros que dotan de giros y novedosas resoluciones a la trama. Según comenta Iniesta, además del aumento del protagonismo de Orestes, hijo del mismo matrimonio separado por el crimen, también «se introduce un nuevo coro que aparece en más de una ocasión, conformado por las doncellas de palacio, que en su mayoría recelan de Elektra. Este es otro factor de tensión añadido a la anterior versión y que parte de la obra de Hofmannsthal. Todas estas nuevas aportaciones elevan la complejidad de la trama, simple en exceso en la primera versión».

Al hilo de las calamidades de ese mundo a la vez antiguo y atemporal, Atalaya lanza una pregunta al espectador: ¿usted qué haría en tal caso? Cuestión que sobrevuela una dramaturgia que entre el fuego, el cadmio y la daga camina en círculos. Tintada de rencor. Armada por el mal de la Humanidad.

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