El mundo de la cultura celebra el cambio de política que devolverá el teatro de texto al Matadero

Andrea Levy, que ha decidido no renovar a Carme Portaceli y Mateo Feijóo, estudia el nombramiento de una gran figura para dirigir el Español

Las Naves del Español, en Matadero Jaime García
Julio Bravo

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El Ayuntamiento de Madrid -y concretamente su delegada de Cultura, Andrea Levy- ha expresado ya su decisión de no renovar los contratos de Carme Portaceli, directora del Teatro Español, y Mateo Feijóo, cabeza visible del triunvirato que rige las Naves 10 y 11 del Matadero -sus contratos expiran en octubre de 2019-. A esta decisión se suma otra: la reunión de los dos espacios bajo una misma dirección y la vuelta de las Naves a una programación que permita que el teatro de texto regrese del destierro a que Feijóo lo envió. En las próximas semanas se sabrá quién es el elegido para dirigir ambos espacios. Aunque desde el Ayuntamiento aún no se ha dicho nada, todo parece indicar que esta vez no se recurrirá a un concurso público y que el director del Español -el teatro más antiguo de Europa- será designado directamente por Andrea Levy, que piensa en una figura prestigiosa de nuestra escena para ocupar el cargo.

La conversión por parte del Ayuntamiento de Manuela Carmena de las Naves en un «Espacio de Artes Vivas -como si el teatro no lo fuera- tuvo dentro del sector de las artes escénicas -mayoritariamente afín ideológicamente a la regidora- una sonora contestación. La presentación por parte de Mateo Feijóo de su primera temporada (acto en el que le acompañó la entonces concejala de Cultura, Celia Mayer, que mostró aquel día una actitud arrogante) se convirtió en un acto de protesta en el que numerosos profesionales expresaron su malestar por el cambio de rumbo de las salas. Se formó incluso un grupo de trabajo que funcionó como plataforma, compuesto por un grupo de actores, directores, dramaturgos y comunicadores, que expresó el malestar del sector; las reuniones mantenidas con Manuela Carmena -que, hay que recordar, asumió la concejalía de Cultura después de destituir a la polémica Celia Mayer- no sirvieron más que para escuchar buenas palabras y mejores intenciones, pero sin resultado.

Hoy, el Gobierno municipal, formado por PP y Ciudadanos, devuelve a las Naves, inauguradas en 2017, su anterior misión, y el mundo de las artes escénicas, y de la cultura en general, aplaude la medida. He aquí varias reacciones.

Roberto Álvarez

El actor Roberto Álvarez es uno de los miembros de la plataforma -«los Fuenteovejuna» se autodenominaban- que más combatió el cambio de rumbo de las Naves del Español. Junto al dramaturgo Juan Carlos Rubio, otro de los miembros de esa plataforma, visitó recientemente a Andrea Levy, delegada de Cultura del Ayuntamiento de Madrid, para interesarse por sus intenciones con respecto a aquel espacio. «Nos mostró una actitud decidida a revertir la situación actual», algo que, dice el actor asturiano, «me parece muy bien». Destaca Roberto Álvarez que la intención del grupo del que forma parte «siempre ha sido sumar, nunca restar. No hemos pretendido nunca cargarnos el proyecto de los actuales responsables de las Naves, pero no entendimos que para desarrollarlo se cargaran el que había: un teatro de calidad que concitaba al público. Si el Ayuntamiento hubiera sido inteligente habría desarrollado un proyecto de teatro más “alternativo” o “experimental” en otro espacio y hubiera dejado las Naves tal y como estaban, porque funcionaban muy bien». Y concluye el actor: «Estamos contentos con la nueva situación».

César Antonio Molina

El exministro socialista César Antonio Molina suma su voz a quienes celebran «que se vuelva a recuperar el espíritu con el que se fundó Matadero. La cultura viva que se practicó en los últimos años condujo a la muerte y desaparición de este centro cultural. No iba nadie a los actos y además se relegó al ostracismo a todo el teatro español». Para el político, «Matadero tiene que volver a recuperar el tiempo perdido en todo, los espacios artísticos, que no funcionaron, y la programación, que fue un desastre. Matadero se convirtió sobre todo en un espacio de agitación política y social al margen de la cultura. Carmena fue un desastre como Concejala de Cultura. El trabajo ahora va a ser duro porque destruir es muy fácil y construir más difícil. Lo mismo le sucedió a la Cineteca solo con programación marginal a la que no iba nadie».

Para terminar, dice que «el Español siguió este mismo camino. Solo obras marcadamente ideológicas, desterrado al gran teatro y ausente todo lo español. Matadero y El Español han sido el ejemplo de odio a la cultura. La cultura no puede estar regida por quienes piensan que es antidemocrática porque el genio creador solo lo tienen unos pocos».

Javier Gomá

Por su parte el filósofo Javier Gomá, director de la Fundación March y dramaturgo, afirma: «Iba con frecuencia al teatro en el Matadero porque el espacio me encantaba y la programación era atractiva. Y hace unos años dejé de ir. De hecho, dejé de saber qué programaban. Para mí, que se recupere el Matadero para el teatro es una alegría y una excelente noticia para todos los aficionados».

Magüi Mira

«Algo lógico y necesario». Con esta contundencia califica la actriz y directora Magüi Mira la decisión del Ayuntamiento de revertir la situación de las Naves del Matadero. «No es tanto que vuelva a unirse al Teatro Español, sino que el Matadero vuelva a ser una unidad que contenga y exhiba producciones de teatro de texto». Añade Magüi Mira que «toda la profesión estamos de enhorabuena». No tiene nada en contra de la programación actual. «Me parece que lo que están haciendo es una maravilla, pero hay otros espacios, incluso en el mismo Matadero. Nunca entendí por qué para hacer este teatro de “performance” y más vanguardista -que también es absolutamente necesario- había que sacar la tripa de algo que es tan imprescindible para el teatro de Madrid».

Concha Busto

La productora Concha Busto, una figura referencial en la escena española, define la decisión de reunir al Teatro Español y a las Naves del Matadero, con el cambio de rumbo que ello implica para estas, como «justa». Ella forma parte también de la plataforma que combatió el destierro del teatro de texto del espacio municipal y, como Roberto Álvarez, dice que «lo nuestro era sumar, no restar. El proyecto actual debe seguir, pero en otro espacio. En el mismo Matadero hay lugares más adecuados». «Las Naves del Matadero eran un lugar envidiado por toda la profesión. En muy poco tiempo se había consolidado como uno de los teatros de referencia en Madrid; el público, y especialmente la gente del barrio, acudía con regularidad. Por eso lo que se hizo es un disparate». Asume ahora Concha Busto su papel de productora. «Y cuando los espectadores apoyan un proyecto los profesionales podemos jugarnos el dinero; no hay que olvidar que en las Naves las compañías no cobraban cachés, sino que iban a taquilla». A ese público, dice Concha Busto, no se le puede dar la espalda, y la decisión del actual Ayuntamiento de Madrid le produce mucha satisfacción. «Estoy muy contenta».

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