Tina Turner, el amor que la salvó de la eutanasia

La cantante, que acaba de cumplir 79 años, supo que tenía cáncer y valoró someterse al suicidio asistido. Pero su actual marido tuvo un gesto que la salvó la vida

Nacho Serrano

Tina Turner , la eternamente incombustible Tina Turner, estuvo a punto de apagarse en 2016 por decisión propia. La cantante, que este martes ha cumplido 79 años, lo relata en su autobiografía recién publicada, «My Love Story».

Todo empezó, paradójicamente, en el día más feliz de su vida. La artista, que había sufrido muchos años de abusos físicos y psicológicos con su anterior pareja (también artística), Ike Turner, rehizo su vida sentimental cuando volvió a casarse el 19 de julio de 2013 con el productor musical Erwin Bach. «Durante la ceremonia empecé a sentir que algo no iba bien», cuenta la vocalista, que tres meses después sintió unos fuertes calambres que le dejaron semiparalizada, y que forzaron su ingreso hospitalario.

Tras varias pruebas los médicos encontraron la causa: sus riñones estaban funcionando al 35 por ciento de su capacidad. Turner reaccionó de la peor forma posible, («la más estúpida», dice en su libro), sustituyendo su medicación por un tratamiento homeopático, lo que terminó agravando su estado. Al hacerle más pruebas, los médicos no sólo comprobaron que sus riñones habían empeorado (ahora funcionaban al 20 por ciento), sino que además dieron con otro terrible diagnóstico: cáncer intestinal. Muy pronto vio cómo su estado físico sufría una fuerte decaída, y a las pocas semanas ya casi no podía caminar o alimentarse por sí misma.

Fue en ese momento cuando, según cuenta en su libro, Turner decidió optar por la eutanasia, una práctica legal en Suiza, donde reside desde hace más de dos décadas. A principios de 2016 se inscribió en la lista de la organización Exit, que da apoyo en el procedimiento del sucidio asistido, y esperó su hora.

Pero sólo unos días después, el amor salvó a Tina Turner. «Mi marido me dijo que no quería perderme, que no quería a ninguna otra mujer, ni ninguna otra vida», cuenta en sus memorias. «Dijo que éramos muy felices y que haría cualquier cosa para mantenernos juntos. Fue entonces cuando me dijo que me daría uno de sus riñones. Su generosidad me sobrecogió». Un año después, en abril de 2017, el trasplante fue realizado con éxito.

Hoy en día la tragedia no ha abandonado a la artista (el pasado verano se suicidó su hijo mayor), pero su salud está «mejor que nunca» (como dijo a Oprah Winfrey en una reciente entrevista) y además de la reciente publicación de su libro tiene otro gran proyecto entre manos: un musical sobre su vida, que se estrenará en Broadway en el otoño de 2019.

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