LIBROS

Nadia Terranova, la vida es un momento

«Adiós fantasmas» ahonda en la importancia de los distintos lugares (también personas) que habitamos

La escritora italiana Nadia Terranova

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Contaba Patricio Pron en El espíritu de mis padres sigue subiendo en la lluvia que, cuando era niño, le había pedido a su madre que le regalara una caja de juguetes. En su interior, la caja contenía una mujer adulta, un carro de la compra, dos niños, una niña y un perro, pero no había ni rastro de ningún hombre adulto y estaba, como representación de una familia que aspiraba ser, incompleta. Lo que su madre quiso hacer fue regalarle al hijo una familia parecida a la suya: una familia sin padre. Pero el niño cogió entonces un muñeco de plástico, un romano, lo despojó de su armadura y lo convirtió en el padre ausente de esa familia de juguete. Sin embargo, nunca supo qué hacer con aquellos muñecos así esa familia de plástico malograda y muda, se quedó durante años encerrada en el fondo de un armario.

He vuelto a menudo a esta familia a la intemperie, esa familia que la mente infantil fabrica, mientras leía esta delicada y preciosa novela, Adiós fantasmas , en la que la escritora Nadia Terranova (Mesina, 1978) vuelve la vista atrás para buscar a su familia en el armario . La protagonista, Ida, deja temporalmente su ciudad, Roma, donde vive con su marido, para irse a su Mesina natal. Ahí, su madre la reclama para que la ayude a ordenar y arreglar esa casa maltrecha y detenida en el tiempo en la que ha pasado su infancia. Su hogar. He escrito «hogar», pero es una palabra extraña : llamamos casa a muchos lugares, pero solo uno se enciende en nuestra cabeza cuando pensamos en él, en el hogar, y así, Adiós fantasmas , más allá de ser una profunda reflexión los vínculos maternofiliales y el legado asfixiante del pasado, ahonda en la importancia de los distintos lugares que habitamos, entendidos los lugares también como personas.

Gran lirismo

La novela alterna dos hilos narrativos , uno que sigue su vida en Mesina, el día a día tras ese reencuentro con una madre exigente: «Dicen que una madre lo da todo sin pedir nada a cambio; pero nadie dice que lo pide todo y da lo que no pedimos tener», escribe Terranova. Pero la novela es también un péndulo hacia el pasado y se detiene en un episodio traumático: la desaparición repentina de su padre. Y ambos hilos confluyen, porque es en el espejo del fracaso matrimonial de sus padres, donde Ida ve fracasar el suyo propio.

Escrito con suma delicadeza, con pasajes de gran lirismo, Adiós fantasmas sumerge al lector en un limbo de irrealidades, de sueños malogrados, lo adentra en ese tiempo pasado que termina anclando al presente. Y sin embargo, más allá de ser una reflexión sobre el hogar y la familia, una verdad irrefutable surca estas páginas: que la vida es un momento, y que ese momento es ahora. Que cuando nos atascamos en nuestras peroratas sobre el futuro o el pasado simplemente estamos dejando de estar vivos.

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