ARTE

Antón Lamazares: «Mi sangre es aldeana y homenajeo al poeta de la aldea»

Como homenaje a la Galicia interior nace esta muestra de Antón Lamazares en el Museo Provincial de Lugo, basada en versos de Uxío Novoneyra, un referente de las letras gallegas

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La muestra que acogen durante estos meses las salas del Museo Provincial de Lugo, « Flor Novoneyra », sale de la yuxtaposición de dos gallegos de aldea orgullosos de serlo: Antón Lamazares (Lalín, Pontevedra, 1954) y Uxío Novoneyra (Seoane do Courel, Lugo, 1930-Santiago de Compostela, 1999). Un pintor con alma de poeta y un poeta con alma de pintor, respectivamente. Este encuentro sobre la superficie de los cuadros le sirve a Lamazares para volver de lleno a sus raíces, armado con su «alfabeto Delfín» –que creó en homenaje a su difunto padre– como medio para traducir a imagen la honda poesía de Novoneyra.

–Ha basado gran parte de su obra en la poesía, tanto suya como ajena. ¿Qué le ha llevado a elegir ahora a Uxío Novoneyra como inspiración?

–Yo he nacido en una aldea y he querido en este «Flor Novoneyra» hacer un homenaje a la Galicia interior. Novoneyra es Galicia interior: Lugo, Courel, que está ya cerca de Asturias y al lado de León, a mil metros de altitud. Cuando yo conozco la poesía de Novoneyra, en 1969 o 1970, para mí fue importantísima, porque yo quería contar muchas cosas que de pronto vi que ya estaban contadas por él. Novoneyra es un poeta malísimamente conocido fuera de Galicia, porque escribe casi exclusivamente en gallego, pero es un poeta superior. Es nuestro gran poeta del siglo XX.

–La obra de Novoneyra también tenía una parte gráfica, por sus caligramas.

–Uxío hacía unos caligramas formidables. Creo que esta exposición es la primera vez en que se enseñan. Son la manera que tiene este poeta de crear otro tiempo, de crear otro espacio. En España es de los primeros que hace estas cosas. Pero no se trata de ser el primero, el segundo o el tercero, se trata de que lo hace formidablemente.

–¿Le ha sido fácil conectar pictóricamente con su mundo poético?

–Yo he escrito poesía desde siempre, he querido hacer poesía con la pintura, lo que no es algo nuevo, Miró o Paul Klee ya lo hacían y mi imaginario parte de ahí. Hace seis o siete años construí mi « alfabeto Delfín » para poder darle misterio a la palabra y trabajar con ella. Porque, si la trabajara en un alfabeto latino, para mí mismo sería menos misterioso. Así que construyo este alfabeto, que es cristiano y labrador. Para mí es muy importante que sea cristiano, porque yo lo soy, y todos los asuntos que me interesan los quiero pasar por ese crisol. Y labrador, porque yo soy de origen labrador; aunque no he vivido mucho en mi aldea, mi sangre es aldeana. Y mi homenaje en «Flor Novoneyra» es al gran poeta de la aldea.

–En la exposición también se escuchan grabaciones de Novoneyra recitando.

–Para mí es ideal estar envuelto en esa música, en esa magia. Qué menos que, si tenemos la voz grabada de Uxío, recordarle.

«Yo sé lo que es arar la tierra. Y el cartón me permite estar dentro de ella»

–Cuando trabaja un tema tan específicamente gallego como este, ¿le emociona más exponer en Galicia o mostrarlo fuera?

–A mí me gustaría enseñarlo en Galicia y fuera. Cuando cantamos a nuestra tierra es muy bonito que lo hagamos para nuestra gente, pero también queremos que los demás se enteren.

–Una vez más, vuelve como soporte al cartón. ¿Por qué le atrae tanto este material?

–Yo he trabajado siempre con cartón. Tengo 65 años y desde el primer momento he empleado el cartón, en un 90 por ciento de mi obra. Me recuerda a la tierra. Como soy hijo de labradores, sé lo que significa coger una yunta de vacas y un arado romano y arar la tierra. Es un material que me permite estar dentro de mi tierra, dentro de mi memoria, dentro de lo importante que yo quiero contar.

–En sus cuadros también tiene una gran importancia el color. ¿Cómo llega a conjugar cada texto con un color?

–La pintura es color, sin color no hay pintura, es lo fundamental. Y cada poema tiene un color. Este es mi trabajo. Cuando pinto un poema de Novoneyra tengo que buscarle el color en resonancia con la materia, de manera que cuando esté pintando este poema sea –por usar una palabra torpe y pequeña– «creíble». En ese cuadro tiene que estar la resonancia del poema. Es un acercamiento a lo que quiere contar Novoneyra. Y, como somos aldeanos, yo me valgo de él para contar lo que quiero contar. Es como un encuentro para poder hacer una pintura que es un acervo de memoria de nuestra tierra.

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