El Museo Judío de Madrid, en el aire
La concesión del edificio de la Ingobernable por 50 años a la Fundación Hispano Judía choca con la falta de proyecto concreto
Hubo a quien la noticia le sorprendió cuando saltó a primeros de febrero: el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida , anunció, tras una Junta en Vicálvaro, el uso que había decidido para el antiguo edificio okupado de la Ingobernable, situado en plena Milla de Oro del eje Prado-Recoletos. Sería sede de un museo judío que contará la historia de las comunidades judías españolas . A pesar de que otras alternativas estaban valorándose , no lo dijo como posibilidad, sino como una decisión tomada que se tramitaría de manera «inmediata» para una concesión demanial por 50 años .
¿Era el mejor candidato este proyecto? ¿Qué se sabe de dicho museo? Para ponerlo en marcha fue creada la Fundación Hispano Judía (FHJ) en 2016 por iniciativa del empresario David Hatchwell con el fin «fomentar las relaciones entre Israel, España y Latinoamérica» y en cuyo patronato figura el exalcalde del PP Alberto Ruiz-Gallardón . Su presencia provocó críticas inmediatas desde sectores de la izquierda que no valoraron el compromiso del exministro de Justicia con la comunidad sefardita ni el hecho de que puso en marcha el proceso de naturalización como españoles de los descendientes de los judíos expulsados en 1492 . También se criticó la falta de un proyecto museográfico o de una colección definida para el futuro museo. La FHJ no posee colección alguna.
Sin proyecto museográfico
Un mes después del anuncio, ABC ha querido conocer el estado del proyecto. En la alcaldía, que lleva directamente esta tramitación, esperan en «un plazo de pocas semanas» los informes prescriptivos -económico, arquitectónico y museográfico al menos- para dar forma a la cesión del edificio por 50 años y establecer si llevará asociada un canon, informa Marta R. Domingo .
El problema es que en la Fundación Hispano Judía no coinciden con esos plazos: «Quisiéramos poder cumplir con el optimismo de las personas que le hablaron en el Ayuntamiento , pero lo queremos presentar cuando esté listo y cumpla todas las normativas», asegura a ABC el exembajador panameño Milton Cohen-Henríquez , director general de la FHJ.
En algunos sectores, la urgencia de un anuncio con visos de definitivo fue mal comprendida. Tanto la Federación de Comunidades Judías de España como el Centro Sefarad o el Museo Sefardí de Toledo , aseguran desconocer totalmente el contenido del proyecto .
«La parte museográfica se presentará -continúa el exembajador- pero el resultado va a depender del espacio que podamos usar en el edificio, dentro de las normativas urbanísticas, y dependerá también de las colecciones que se vayan comprometiendo o asegurando con el tiempo y por lo tanto tenemos claro el proyecto en nuestra mente pero no estamos para presentarlo en poco tiempo todavía».
Idea ambiciosa
La conversación con el representante de la FHJ deja muy clara la idea de museo que tienen, ambiciosa, tecnológica , con un discurso poderoso que trenza historia judía y española. Quieren producir en el público una «experiencia transformadora». Pero también permite dudar de la razón por la que, sin haberse presentado los informes, se ha dado por segura su realización . ¿Imprudencia de Martínez-Almeida?
ABC ha podido hablar con técnicos de antiguas corporaciones que han tenido en sus manos la supervisión de cesiones de edificios similares, incluso una, frustrada, para el mismo edificio, de la Fundación Ambasz. Todos ellos describen como «un verdadero strip-tease» económico , museográfico, arquitectónico y jurídico la documentación exigida. Cuentas, saldos y avales, informes, planes del museo piso por piso, sala por sala, piezas, cambios previstos, actividades, calendarios, arquitectura, accesos, seguridad, incendios, saneamientos y todo lo que debe exigir la Administración a quien va a explotar un bien público. La condición sine quae non: sin ánimo de lucro y en beneficio de la comunidad . Es preciso tanto celo porque si algo falla en el proceso hay que indemnizar al concesionario , como ocurrió con Ambasz durante el mandato de Carmena.
En el caso de la FHJ hay que decir que sus planes suenan bien. Muy bien incluso, porque incluyen un espacio vecinal, una parte de museo, otra para actividades. «Queremos ser buenos vecinos del barrio de las Letras», subraya Milton Cohen-Henríquez . Hasta ahora solo hay firmada una nota de petición de la FHJ y la respuesta de interés por parte del Ayuntamiento. «Pero al proyecto le quedan tres o cuatro años para abrir sus puertas» , añade.
Desalojo okupa
En la FHJ son conscientes de que el edificio trae polémica por el desalojo okupa y por la presencia de Gallardón, pero responden que escucharán todas las preguntas legítimas sobre el destino del edificio o la intervención y además subrayan: «La FHJ es única porque une a judíos y españoles en su patronato , no hay otra organización judía igual en eso, y estamos verdaderamente orgullosos de nuestros patronos españoles, en especial del señor Ruiz-Gallardón que ha contribuido de manera desinteresada y generosa a este proyecto».
Si algo no quiere la FHJ es alimentar polémicas: «Queremos un proyecto bueno para todos que no cueste un céntimo al Ayuntamiento o a otras administraciones y queremos el apoyo de todo el espectro ideológico, no pelear con nadie» . Fuentes de otras organizaciones judías ponen algunos peros, aunque piden mantenerse anónimas. Para empezar, subrayan la falta de experiencia museística de la FHJ , o de gestión de un gran centro, así como la falta de un legado importante a su cargo, o una colección.
«Da la impresión de que es la noticia de la concesión la que se utiliza para llamar a los donantes» , señalan. Destacan también la diferencia con proyectos como el Museo Judío de Varsovia , que se hizo en contacto y conversación con todas las organizaciones , algo que no ha ocurrido en este caso, según hemos podido comprobar. Un museo al que ABC ya dedicó un reportaje . Niegan dichas fuentes que no haya ya museo sefardí en España: hay un gran centro, el de Toledo, que era la capital judía antes de la expulsión.
Por eso echan en falta la participación, además del museo de Toledo y de las citadas comunidades judías, del CSIC, el Departamento de Semíticas de la Universidad Complutense o del Ministerio de Cultura, entre otras instancias. Algunos incluso indican preocupación por la falta de moderación en el perfil de algunos responsables porque asocian a la Fundación a otras iniciativas como ACOM (Acción y Comunicación para Oriente Medio) , muy dada a opinar sobre política española .
Historia de amor
Polémicas aparte, si finalmente el proyecto cuaja gozará de un lugar único, en plena milla de oro del arte . En la FHJ manejan cifras que indican que allí su museo tendrá diez veces más visitas que si se situara en cualquier otro lugar. Para ponerlo en marcha afirman tener «comprometidos ya 40 millones», es decir que hay donantes que -aseguran en a FHJ- tienen interés en aportar fondos al proyecto si se llevara a cabo.
El museo, relata el entusiasta exembajador, «contará una historia de amor, la del pueblo judío con España, que es Sefarad , que arranca desde que llegaron los primeros judíos con los fenicios y ayudaron a fundar Cádiz (Gádir). Ayudará a entender mejor nuestra historia, incluso por los claroscuros como la expulsión del 1492, que han permitido a España tener un gran impacto en el judaísmo, porque los sefardíes siguieron hablando y cantando en sefardí y con ellos España tuvo influjo en lugares como los Balcanes o el antiguo imperio otomano ».
Entonces, ¿qué habrá en las salas? Esperan tener artefactos de orden religioso, llamados «judaica», piezas de más de 500 años, pero también, nos adelantan, muestras del arte, la poesía y la gastronomía en espacios especiales . «Queremos mostrar la influencia sefardí en Cervantes, Fernando de Rojas o Fray Luis, a través de los resabios de sus ancestros sefarditas. Habrá piezas de las 55 ciudades con judería de España , una de cada ciudad, que permitirán hablar de esas localidades y establecer nuevas ofertas de turismo», añaden en la FHJ, dato que contrasta con la falta de contacto a día de hoy con la Federación de Comunidades Judías de España.
Milton Cohen-Henríquez eleva el discurso a las cimas de la más alta tecnología: «Queremos que sea posible analizar los genes de los visitantes que lo deseen para ver en qué medida participan del árbol genético sefardita. También firmaremos un acuerdo con la Soah Foundation de Spielberg para utilizar los vídeos con testimonios de supervivientes del Holocausto en español y emplearlos como avatares digitales para que el visitante pueda hablar con las proyecciones a través de las nuevas tecnologías ».
Hay elementos que parecen un sueño en esos planes, y otros más reales, como la promoción del turismo. Está claro que la FHJ maneja los números y las estadísticas, pero no parece tan claro que el plan de museo esté ordenado y cimentado ya .
¿Discurso o proyecto?
Les preguntamos: ¿tal vez la decisión del acuerdo se tomó más basado en el discurso que en proyecto concreto? «Está avanzado, pero puede puede haber varias propuestas arquitectónicas de mayor inversión o menor para que quepan las colecciones. Dentro de las opciones que ha elaborado el arquitecto y patrono de la FHJ Luis Vidal , decidiremos qué tiene que hacerse para que quepan todos los elementos que queremos presentar, piezas nuevas que nos están ofreciendo, porque otros museos, asociaciones fundaciones nos ofrecen y nos interesa incorporarlo. Queremos darnos el tiempo para tener las reuniones necesarias y hacer los viajes precisos para ver lo que nos están ofreciendo y si esto hay que incorporarlo en la propuesta museográfica pues lo incorporamos antes de presentarla», añade el exembajador.
¿Pueden adelantar alguna pieza concreta? «No podemos, a veces por decisión del propio donante que querrá hacer el anuncio él mismo en su momento. Pueden ser préstamos por un tiempo corto o largo, o incluso nos lo pueden vender y falta determinar un precio . Por múltiples razones preferimos poner lo que haya que poner en el documento y anunciarlo en ese momento».
A pesar de todo afirma que el proyecto «tiene solvencia para hacerse pero se tiene que acomodar a las realidades concretas de la edificación y las normativas y del entusiasmo que genera afuera que ha motivado que nos lleguen ofertas interesantes, así que si necesita un poco de tiempo es mejor tomárselo y no quedarnos en lo que habíamos pensado originalmente». En resumen, el Museo Judío de Madrid está en el aire .
