Autorretrato de Man Ray retratando a Ava Gardner en 1950
Autorretrato de Man Ray retratando a Ava Gardner en 1950 - SOTHEBY'S/LEGADO MAN RAY

Sale a la venta hoy en París gran parte del legado de Man Ray

La sala Sotheby’s de la capital francesa subasta cerca de 400 obras procedentes de sus herederos, muchas salidas directamente de su taller

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Man Ray continúa creciendo como personaje central en todas las disciplinas que cambiaron el rumbo del arte contemporáneo: las vanguardias históricas (dadaísmo, surrealismo), la fotografía, la pintura influida por esas convulsiones fundacionales del arte nuevo que llegaba. Man Ray es el pseudónimo de Emmanuel Rudzitsky (o Rudnitsky, Radnitzkym, o Radenski), nacido en Filadelfia (EE.UU.) el 27 de agosto de 1890, fallecido en París el 18 de noviembre de 1976. Participó como agitador nato en un largo rosario de acciones dadaístas y surrealistas, cuando esas «acciones» estaban fundando algo que luego se llamaría «performance», cuando la agitación terminó transformándose en «agitación» subvencionada por el Estado. Realizador de cine, dibujante, pintor, coleccionista, Man Ray también fue un fotógrafo excepcional, a caballo entre varias disciplinas.

La sala Sotheby’s de París saca a subasta hoy una maravillosa colección de unas 400 obras (fotografías, pinturas, grabados, objetos, películas y joyería), distribuidas en casi 300 lotes, que bien subrayan el carácter «proteico» de las creaciones de Man Ray y del majestuoso «crecimiento» de su obra. Proceden de sus herederos y muchas han salido directamente de su taller. Es la mayor venta de obras de Man Ray en veinte años. Muchas fotografías destacan por su carácter sencillamente histórico. Man Ray y Marcel Duchamp fotografiados por Henri Cartier-Bresson es una fotografía indispensable en todos los manuales de historia del arte y la fotografía. Dos genios fotografiados por otro genio. Más allá del «instante decisivo» –en el que Cartier-Bresson fotografía a Duchamp y Ray–, el «accidente» de esa reunión ya tiene algo de puramente maravilloso: Duchamp y Ray compartían la misma fascinación por el desnudo y el sexo femenino, que ellos convierten en matriz de buena parte de su obra.

Retratos y modelos

Man Ray hizo un número impresionante de retratos de señoras de buen y muy buen ver. Quizá destaque, entre todos, un autorretrato con Ava Gardner. Es como si Duchamp hubiese realizado un autorretrato con la señora desnuda de su obra última, o Courbet hubiese pintado un autorretrato acompañado con la señora de «El origen del mundo». Apenas exagero. Man Ray también fotografió a Ava Gardner «disfrazada» de Pandora, vistiendo el atuendo de la mítica película.

Hay muchas otras mujeres en la obra de Man Ray. A destacar, un retrato de Lee Miller. Una señora de muchas armas tomar. Y los retratos íntimos de Ady: desnuda, primero; y vestida y acompañada de estatuillas africanas, más tarde. Sin olvidar una «mujer araña», desnuda, «atrapada» en una «tela de araña» que es una suerte de tierra virgen iluminada por el sexo femenino.

En otro plano, los retratos de Bona Mandiargues (esposa de André Pierre de Mandiargues, amante de Octavio Paz), Teresa Wright o Kiki de Montparnasse conducen a otros y maravillosos mundos. Bona fue un personaje legendario. Nadie la retrató como Man Ray. El retrato de Wright tiene una importancia particular: es una pieza fundamental para comprender las primeras relaciones entre las artes africanas y la alta costura. Kiki, por su parte, tiene por sí sola un capítulo entero en la historia del arte que se hacía en el Montparnasse de los años 20 y 30 del siglo pasado.

Sus retratos masculinos

En otro plano, los retratos masculinos de Ray abren puertas y vasos comunicantes entre muy distintas disciplinas. Para fotografiar a Jean Cocteau, Ray recurre a la metáfora del navío ebrio (Rimbaud), con una iluminación crepuscular muy próxima al primer expresionismo de Fritz Lang. Para fotografiar al poeta T.S. Eliot, Ray prefiere una iluminación mucho más convencional, tratada con un rigor clásico impecable, que ilumina con precisión el alma atormentada de un poeta de apariencia clásica, caído de hinojos en profundas crisis íntimas.

Tras el retrato fotográfico, Man Ray también consumaba una suerte de síntesis entre muchas disciplinas. Entre las obras más misteriosas y enigmáticas de la subasta de Sotheby’s destaca un autorretrato de 1933. La figura del artista, diminuta, está «caída» en una suerte de «burbuja» fotográfica, una «bola» ¿de aluminio? cuyos reflejos captan la imagen del artista sentado en su mesa de trabajo. Una obra mayor, donde se confunden las experiencias constructivistas y experimentales alemanas, rusas y francesas, iluminadas a través de una síntesis tan racional como misteriosa. Hay otros Man Ray, claro está. Entre esos distintos rostros del mismo creador, la subasta de Sotheby’s propone facetas muy atractivas. La de un coleccionista de objetos preciosos. La de un maestro del dibujo a línea, la de un cineasta tan inquietante como el Buñuel y el Dalí de «Un perro andaluz».

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