Las disparatadas hipótesis del paradero del Klimt que ha aparecido misteriosamente en Italia

Era uno de los cuadros robados más buscados del mundo. «Retrato de una dama», del pintor austriaco Gustav Klimt (1862-1918), desapareció como por encanto de magia hace 22 años en la Galería de Arte Moderno Ricci Oddi de Piacenza y ha aparecido ahora allí sin ninguna explicación conocida

La policía italiana con la obra maestra del artista austríaco Gustav Klimt que fue robada en 1997 Reuters

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Era uno de los cuadros robados más buscados del mundo. « Retrato de una dama », del pintor austriaco Gustav Klimt (1862-1918), desapareció como por encanto de magia hace 22 años en la Galería de Arte Moderno Ricci Oddi de Piacenza, municipio italiano de 104.000 habitantes en la región de Emilia-Romaña. ¿Fue robado? ¿Se perdió? ¿Lo abandonaron? No dejó rastro. Nadie supo desvelar el misterio. Un empleado del museo se percató una mañana del 22 de febrero de 1997 de que alguien lo había descolgado de la pared, donde colgaba junto a cientos de obras maestras. El robo tuvo una enorme repercusión en todos los medios informativos del mundo. El marco del cuadro fue dejado en el techo del edificio, lo que hizo suponer que los ladrones habían entrado y huido por las claraboyas. Ahora, 22 años y nueve meses después de la desaparición de esta obra maestra, valorada en 60 millones de euros , se puede desvelar uno de los más famosos misterios en el mundo del arte.

En realidad, el cuadro nunca habría salido del museo. El martes, durante las labores de mantenimiento y limpieza del jardín exterior de la galería, los trabajadores encontraron una bolsa negra de basura que contenía el cuadro. Estaba en una cavidad protegida por una puerta de chapa que aparecía cubierta por la hiedra crecida a lo largo de los años. Se trata de un hallazgo completamente casual, fortuito. Un trabajador ha señalado que su primer impulso fue arrojar la bolsa negra entre la basura que estaban recogiendo. «He encontrado esta caja dentro de una bolsa negra, pensé que se trataba de residuos, pero parece que no es así…», dijo el empleado al director del museo.

Pistas falsas

Tras la desaparición del cuadro, se siguieron muchas pistas. Inicialmente, se pensó en un robo de algún empleado, pero se descartó pronto por falta de pruebas. Se llegó a pesar en una misteriosa pista esotérica. Lo más probable es que el ladrón se arrepintiera del robo.

Si todas las pruebas confirman la autenticidad de la pintura, significaría que la obra maestra de Klint nunca se alejó del Museo Ricci Oddi. Su director, Massimo Ferrari, es totalmente optimista al respecto: «Los sellos y el lacre son originales». Pero «es obligatoria la cautela», advierte el general Roberto Riccardi, jefe del departamento de los carabineros, encargado de la tutela del patrimonio cultural: «Desde 1997 se han hecho innumerables copias de esta tela, por tanto hay muchas copias falsas en el mercado».

Primer análisis

En un primer análisis por parte de los expertos, se ha confirmado que se trata de la obra robada. El cuadro formaba parte de una serie de retratos femeninos realizados por el artista en los últimos años de su producción, entre 1916 y 1918. La certificación de la autenticidad puede ver facilitada por un detalle fundamental y sorprendente: «Antes de que el cuadro fuera robado, en 1966 una joven investigadora, Claudia Maga, descubrió una segunda figura que estaba escondida en la tela bajo la señora pintada por Klimt. Este detalle fue confirmado gracias a un simple examen con Rayos X. Se trataba de la misma modelo, con idéntica posición, pero llevaba bufanda y sombrero. Era una versión otoñal, en la que predominaba el marrón, y fue reemplazada por el artista con la figura definitiva: radiante y delicada, con toques de blanco, azul, violeta y rosa. La obra «escondida» coincidía con un retrato de Klimt desaparecido: fue realizado en 1910, expuesto en Dresde en 1912, publicado en 1917 y ya nunca volvió a aparecer. Fue cubierto por el autor con el retrato definitivo, comprado en agosto de 1925 por Giuseppe Ricci Oddi, que da nombre al Museo de Piacenza. Ricci Oddi compró el cuadro de Klimt a un pintor de origen austriaco y veneciano de adopción, Luigi Scopinich. No está claro cuál es la identidad de la señora retratada. Para algunos, se trata de la austera Alma Mahler, amante y célebre musa del artista. Para otros –la hipótesis más probable–, podría ser Ria Munk, a quien Klimt habría inmortalizado en el lecho de muerte en 1912 en diversos retratos, uno póstumo en el Metropolitan Museum.

Regalo de Navidad

Al «Retrato de una dama» se le da gran valor y consideración en Italia, porque se trata de una joya rara. En efecto, además de esta tela solo hay dos Klimt presentes en Italia: «Judith II», de 1909, conservada en la Galería de Arte Moderno Ca’ Pesaro en Venecia, y «Las tres edades de la mujer», realizado en 1905, en la colección de la Galería Nacional de Roma. En el mundo del arte ha suscitado entusiasmo la aparición del cuadro robado. Eufórico se ha mostrado el célebre crítico de arte Vittorio Sgarbi: «El descubrimiento del retrato de Klimt, una obra intensa, es el mejor regalo de Navidad».

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