El Cervantes gasta en Cultura menos que los «Veranos de la villa» del Ayuntamiento de Madrid

Así lo ha explicado Luis García Montero, director del Instituto Cervantes, en un acto en Rabat

Luis García Montero Jaime García

EFE

El director del Instituto Cervantes, Luis García Montero , lamentó hoy que sus 87 centros en el mundo cuenten con un presupuesto para actividades culturales que es menor que el que el Ayuntamiento de Madrid dispone solo para programar los «Veranos de la villa».

«Eso no tiene sentido –dijo en declaraciones a Efe–, y no es que nos quejemos, porque no nos falta ilusión, pero sí creemos que hacemos un trabajo muy serio y beneficioso para el Estado y para España, y nuestro presupuesto debería adecuarse».

García Montero hizo estas declaraciones en Rabat, donde este jueves asistía a una reunión con los directores de los centros Cervantes en tres países del Magreb (Marruecos, Argelia y Túnez).

El poeta, nombrado el pasado agosto al frente del Cervantes, cree que no tiene mucho sentido separar en las actividades del Instituto la faceta académica de la cultural, «pues nosotros no somos una academia de lengua; enseñar español no es enseñar vocabulario, sino abrir una cultura y establecer un diálogo de identidades».

«Una parte fundamental –del Cervantes– es la difusión de la cultura en español: lo que hacen escritores, pintores y cineastas da la imagen de una España democrática, abierta y avanzada, que poco tiene que envidiar a ninguna de las democracias avanzadas».

Por ello, consideró que el Cervantes «es un espacio fundamental para la diplomacia cultural o la ahora llamada 'diplomacia blanda', en el sentido de que buena parte de nuestra imagen en el mundo se debe al trabajo del Instituto Cervantes».

Sin embargo, dijo no comulgar del todo con la idea de la «Marca España», principalmente porque la lengua española –herramienta principal del trabajo del Cervantes– no es patrimonio solo de los españoles, sino del mundo hispanohablante, en el que los españoles son minoría.

Con respecto a si el Cervantes debe depender más del ministerio de Exteriores o el de Cultura, quitó importancia a la cuestión al recordar que el instituto «es una buena muestra de la voluntad de transversalidad que cada vez se impone más en la Administración».

Recordó, en este sentido, que de un modo u otro la labor del Cervantes está interrelacionada con los ministerios de Cultura, de Educación y de Exteriores.

En cuanto a la mesa redonda en la que participó sobre la actividad de los Cervantes en el Magreb, se congratuló de «las cifras alentadoras» que le llegan sobre la asistencia y frecuentación de estudiantes de los nueve centros magrebíes con sus seis antenas, la mayor parte de ellos en Marruecos.

De hecho, cuatro de los diez centros Cervantes con mayor actividad lectiva en el mundo son magrebíes, concretamente los de Argel, Tánger, Rabat y Casablanca; solo en Marruecos, sus centros han crecido en número de horas lectivas en un 15,5% el pasado año, tras otro aumento del 11,4% en 2017.

A los Cervantes magrebíes asisten principalmente estudiantes -niños, adolescentes y adultos- con propósitos generalistas, pero abundan entre el alumnado grupos formados a través de convenios institucionales: en Marruecos, son varios los ministerios y organismos públicos (entre ellos las Fuerzas Armadas) que pagan a sus funcionarios cursos de español.

Las relaciones «clásicas» de los Cervantes con el país donde se hallan suelen pasar por el ámbito universitario, pero García Montero destacó la aparición de nuevos proyectos, como el que acaba de firmar la Fundación LaLiga en Marruecos, para llevar de la mano el fútbol y el español a barrios particularmente desfavorecidos.

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