Dinosaurios en pleno cortejo
Dinosaurios en pleno cortejo - University of Colorado Denver / Lida Xing y Yujiang Han

El amor entre dinosaurios: se cortejaban como pájaros

Encuentran las primeras evidencias de un comportamiento previo al apareamiento que se observa en las aves modernas

MADRID Actualizado: Guardar
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Conocer cómo vivía un animal que el ser humano no ha visto jamás no resulta sencillo. Los dinosaurios despiertan nuestra imaginación más que cualquier otra criatura que haya pisado la Tierra, así que cualquier nueva información sobre su aspecto, su alimentación o su comportamiento resulta fascinante. Por fortuna, los hallazgos en el registro fósil han conseguido desvelar muchos de sus secretos. El último de ellos se refiere a la faceta «privada» de sus vidas: cómo se amaban y cortejaban estos seres increíbles. Lo que sugiere una nueva investigación publicada en la revista Scientific Reports le hará mirar de forma diferente a los patos que se persiguen en un parque. Resulta que los dinosaurios mantenían una conducta de apareamiento similar a la que emplean algunas aves modernas.

El equipo internacional de investigadores, liderado por el paleontólogo Martin Lockley, experto de renombre mundial en huellas de dinosaurios y profesor de la Universidad de Colorado en Denver (EE.UU.), descubrió grandes arañazos en la piedra arenisca de hace 100 millones de años en el oeste de Colorado. Estos antiguos raspones son similares a los que provoca un curioso comportamiento entre las aves de hoy en día, por el que los machos muestran sus habilidades excavando una especie de nido ante sus parejas potenciales, un baile que deja unas características marcas en el suelo. Muchas aves costeras, los patos, avestruces, faisanes, codornices o halcones construyen sus nidos con esta técnica, que consiste en rascar el suelo con sus patas para hacer un pequeño agujero.

Grandes como bañeras

«Estos son los primeros yacimientos en los que se ven evidencias de los rituales de apareamiento de los dinosaurios, y la primera evidencia física del comportamiento de cortejo», asegura Lockley. El paleontólogo encontró restos de más de 50 raspaduras de dinosaurios, algunas tan grandes como bañeras, en gigantescas losas ubicadas en zonas donde también se han confirmado huellas de dinosaurios carnívoros y herbívoros, como Domínguez-Escalante y Gunnison Gorge cerca de Delta, Colorado, y en Dinosaur Ridge, al oeste de Denver. Los científicos crearon imágenes 3-D de los rasguños con una moderna técnica y moldes de caucho y fibra de vidrio.

Para Lockley, esta nueva evidencia fósil apoya las teorías acerca de la selección sexual como impulsor evolutivo. Desde tiempos prehistóricos, los machos que buscan pareja intentan eliminar a los más débiles. Y las hembras, por su parte, han elegido a los machos más impresionantes como consortes.

Similares comportamientos de selección sexual son comunes en los mamíferos y las aves. Pero hasta ahora los científicos sólo podían especular sobre el apareamiento de los dinosaurios, suponiendo que podría ser similar al de sus parientes modernos, los pájaros. Por eso, «la evidencia del rascado tiene implicaciones significativas», dice Lockley. «Se trata de una evidencia física de juegos previos prehistóricos que son muy similares a los de las aves de hoy. Las aves modernas que utilizan la ceremonia del rascado en el cortejo generalmente lo hacen cerca de sus lugares de nidificación finales. Así que la evidencia fósil de la raspadura ofrece una pista tentadora de que los dinosaurios podían haberse reunido aquí hace millones de años para reproducirse y luego anidar cerca». Un auténtico nido de amor.

Martin Lockley (dcha.) posa junto a los arañazos de dinosaurio hallados en Colorado
Martin Lockley (dcha.) posa junto a los arañazos de dinosaurio hallados en Colorado - University of Colorado Denver
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