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Reconstrucción del plesiosaurio - Liu et al

Plesiosaurio: así nadaba el monstruo marino

Científicos recrean el movimiento de estos depredadores de hace 200 millones de años similares a la criatura ficticia del Lago Ness

Madrid Actualizado: Guardar
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Los paleontólogos estudian criaturas que nunca han visto con vida y que jamás volverán a este mundo (a no ser que las técnicas de clonación se vuelvan tan increíbles como en Jurassic Park, cosa harto difícil), así que les resulta extremadamente complejo saber con certeza de qué color eran, cómo sonaban o cómo se movían. Por fortuna, los científicos pueden recurrir a las nuevas tecnologías para hacerse una idea más realista del aspecto y la vida de estos antiguos seres. Simulaciones por ordenador han permitido a un equipo del Instituto de Tecnología de Georgia y el Museo de Historia Natural de Nottingham conocer cómo nadaban los plesiosaurios, un grupo de reptiles marinos mesozoicos que aparecieron por primera vez en el Jurásico hace 200 millones de años y persistieron como depredadores hasta su desapareció en el Cretácico Tardío, hace unos 66 millones de años.

Según explica la revista PLOS ONE, el método de desplazamiento de estos antiguos reptiles que parecen sacados de una leyenda escocesa ha resultado una incógnita desde su descubrimiento en 1824, ya que ningún animal vivo tiene un plan corporal idéntico, cuatro aletas y cuello largo. El monstruo del Lago Ness puede ser su vivo retrato, pero se queda en el campo de la ficción.

Muchos tetrápodos modernos han evolucionado sus propias maneras de nadar en el océano, como los pingüinos, las tortugas marinas, los lobos marinos y las ballenas, por ejemplo. Estudios previos han comparado la natación de los plesiosaurios con la de los pingüinos y tortugas, e incluso con un bote de remos. Y aunque todas estas hipótesis eran plausibles, no podían explicar completamente cómo las cuatro aletas de un plesiosaurio se movían en relación unas con otras. Lo más parecido a la natación de cuatro aletas es la de las tortugas marinas, pero aun así se ven limitadas por sus conchas y es poco probable que se movieran de una manera similar a la de los plesiosaurios, según indican en PLOS ONE.

El nuevo estudio, publicado en PLOS Computational Biology, utiliza la simulación por ordenador para construir modelos tridimensionales virtuales del movimiento del plesiosaurio en el agua. Su modelo virtual se basa en los datos fósiles del Meyerasaurus victor, un plesiosaurio de 3,35 metros de longitud que habitó la que hoy es Alemania en el Jurásico Inferior. El aspecto del Meyerasaurus es común entre los de su familia, con un cuello moderadamente largo.

Como los pingüinos

El trabajo era realmente complicado. El equipo tuvo que hacer frente a un sin fin de variables y parámetros, con el objetivo de asegurar que el modelo se estuviera moviendo en condiciones realistas y biológicamente plausibles. Se tuvieron en cuenta las limitaciones de movimiento hacia arriba y hacia abajo, la pronación o supinación de cada extremidad, etc... De esta forma, se simuló el movimiento en diferentes condiciones: las cuatro aletas sincronizadas, alternas.. Incluso realizaron pruebas con diferentes pesos del plesiosaurio. En total, el equipo desarrolló miles de diferentes simulaciones, cada una con los cambios en las variables y parámetros.

Finalmente, los investigadores descubrieron que el movimiento más eficaz para la natación del plesiosaurio es el de vuelo bajo el agua, no muy diferente al de los pingüinos de hoy en día. «Nuestros resultados muestran que las extremidades delanteras proporcionan la potencia para la propulsión del plesiosaurio, mientras que las posteriores son más pasivas», dice Adam Smith, del Museo de Historia Natural de Nottingham. Las aletas traseras jugaban un papel muy pequeño en la propulsión y probablemente se utilizaban para la dirección y la estabilidad.

Según explica Smith a PLOS ONE, «la natación del plesiosaurio ha sido un misterio durante casi 200 años, así que fue emocionante ver cómo cobraba vida en la pantalla del ordenador».

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