Mas y Junqueras ya están a la greña

El renovado pacto entre Artur Mas y Oriol Junquerascomienza con mal pie. Las distintas velocidades que CiU y ERC quieren aplicar al proceso independentista han provocado las primeras divergencias públicas. Primero fue el rechazo de los republicanos a celebrar un referéndum que propone el presidente catalán, ya que consideran que el 27-S ya es la consulta definitiva en la que los catalanes tienen que avalar la secesión. Después fue la fecha en la que hoja de ruta, consensuada entre ambas formaciones, debe estar lista, pues Junqueras quiere tenerla acordada antes de las elecciones municipales de mayo. Ahora es la hacienda propia la que genera discrepancias entre CiU y ERC, pues el Gobierno catalán cree que no estará lista antes de 2016.

En reconocimiento al apoyo de Esquerra a los presupuestos de la Generalitat para 2015 -bajo la condición que estén destinados principalmente a sufragar las estructuras de Estado de una hipotética Cataluña independiente-, el Ejecutivo catalán anunció el lunes que duplicará la plantilla de la Agencia Tributaria Catalana (ATC) y que aumentará en un 25% su presupuesto (un total de 44 millones de euros) para sentar las bases de la hacienda propia. Pero el consejero de Presidencia, Francesc Homs, advirtió ayer a sus socios de ERC que esta independencia fiscal no podrá materializarse antes de 2016. Aseguró que se trata de una de las «estructuras de Estado» prioritarias de aquí a las elecciones del 27-S, pero «aunque sea nuestro propósito, no me atrevería a decir que esto esté en condiciones de ser operativo a finales de este año 2015» y que la se cumpla con las condiciones de «recaudar la totalidad o si no la práctica totalidad» de los impuestos que se soportan en Cataluña, incluyendo los estatales.

Asimismo, Homs afirma que su ejecutivo quiere cerrar «lo antes posible» un acuerdo con ERC sobre la hoja de ruta soberanista, pero precisó que esto concierne sobre todo a los partidos y evitó fijar un plazo para el pacto antes de las municipales de mayo.

La líder del PPC, Alícia Sánchez-Camacho, advirtió ayer de que su partido tiene la intención de «recuperar» la actividad parlamentaria en los próximos meses y que «no permitirá» que Mas convierta la Cámara catalana en su «sede de campaña permanente». Camacho anunció que el PPC llevará a cabo una intensa acción legislativa en los próximos ocho meses, antes de las elecciones autonómicas de septiembre.

El portavoz parlamentario del PSC, Mauricia Lucena, considera «muy poco sólido» el pacto entre CiU y ERC y agura que «muchas de las cosas que se nos dirán en las próximas semanas serán engaños flagrantes». Lucena expresó su sorpresa al ver cómo ERC ha retirado sus enmiendas a la totalidad de los presupuestos «que hace una semana atacaba con toda vehemencia». Para la portavoz de Ciudadanos, Carina Mejías, Esquerra ha apoyado un presupuesto «ficticio, restrictivo y que recorta los servicios básicos».