«Yo soy disléxico y bilateral». Magnífica presentación aupada por un tipo original y muy divertido. Todo lo hacen al revés. Y está tocado con mucho ingenio. Suelen huir de lo facilón y es elogiable pues el chiste recurrente te viene hecho de antemano.
Este gente tiene el don chirigotero por la mano con la que mecen todo el repertorio. Son primer premio y rezuman la humildad de los principiantes. Hay chirigoteros que son historia viva de la fiesta y se suben a las tablas con la risa temblorosa de los debutantes. Pero empiezan a piar y se sabe que hay madera.
Confusiones durante toda la actuación que se pueden hacer hasta cansinas, pues se adivinan muchos de los golpes. No obstante, forman parte de un tipo y concepto muy trabajados, meritazo de autores y componentes que han multiplicado el nivel de exigencia. Pasodobles que recuerdan a esa chirigota de Love y Cabra, son Gueli en la sombra, y que desprenden ternura por encima de la risa o la rabia, de la carcajada, crítica o denuncia. Alternan bromas con verdades en sus referencias tanto al inolvidable 2024 como al regreso de su compañero y rival, José Guerrero 'Yuyu'.
La mayor complicación reside en los cuplés. No hacen 40, hacen dos, pero en el segundo le dan la vuelta al primero. Sólo el ingenio y la originalidad le hacen sumar puntos, porque quizás no sean los mejores, pero sí los más difíciles. Y además logran levantarlo con esa frase que siempre se reservan para el final, como hacían con 'Los exageraos'.
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