OPINIÓN CARNAVAL
La Pequeña Oveja Negra
Si hay un nombre que se le escapó a mi admirado Antonio Martínez Ares, fue el de mi querida CANTERA
La Pequeña Oveja Negra, tan incomprendida como desvalorada, tan maltratada como olvidada, y tan desgastada como apartada.
Había un falso comentario por los mentideros que era el siguiente: «Es que no hay niños». Pues bien, el concurso juvenil e infantil alcanzan cifras de agrupaciones que no se recuerdan en muchos años. Por lo tanto, ese argumento creo que lo podemos tirar por los bloques.
No me vengo a referir en este caso a lo que respecta al concurso, ni a sus horarios o la venta de entradas, que para eso existe una asociación, y van logrando metas poco a poco.
Perdonen que me entrometa y lance una idea para aportar soluciones a una semana descafeinada de carnaval para los más pequeños.
Con toda mi prudencia y respeto, creo que el carnaval de la cantera, el mejor público que podría tener serían niñas y niños que lo disfruten y se contagien de esta fiesta. ¿Cómo? Tenemos la posibilidad y el tiempo suficiente para programar una gran fiesta de carnaval. Para todos los colegios de la ciudad, sean públicos o sean privados. El martes y miércoles de carnaval con todos los escolares y agrupaciones infantiles y juveniles ordenados en horario lectivo. Conociendo el templo de los ladrillos coloraos, conociendo su maravilloso personal del teatro, invitando a los antifaces de oro para amenizar tanto en la parte de espectador como en la de los componentes. Que vivan y sientan lo que sus amigos que salen en agrupaciones tienen el privilegio de sentir cuando cantan en sus tablas. Que no falten artesanos, que no falten coloretes y algún taller de manos de las artistas de la costura de Cádiz.
Se me ocurren cientos de ideas para disfrutar y sobre todo enseñar la magia que tiene nuestra bendita fiesta.
Quizás tendríamos un futuro magnífico, más aún de lo que tenemos. Y, por supuesto, tendríamos la satisfacción de acercar la escuela al carnaval y acertar en encender la llama de grandes chirigoteras, maestros de la costura, amigas coristas, cuarteteros y autoras.
Tenemos todos los ingrediente, solamente falta tener lo más importante, ILUSIÓN Y GANAS.
Merecerá la pena… ¡Viva la Cantera!
