OPINIÓN CARNAVAL

Juanelo

El encanto de sus comentarios viene de su sinceridad, da hablar sin tapujos, sin el enredo para intentar quedar bien con todo el mundo

Rafael Sadoc

Desde el inicio del COAC, me he habituado por las tardes a sentarme en el sofá y disfrutar de la tertulia post carnaval que emite El micro de plata desde la Baguetería El Churrete. Van por su segunda temporada, y sinceramente a los dos Juan y Humberto les auguro varias más como mínimo. También he de reconocer que Juanelo se ha adueñado de mi yo más gaditano. En cada programa, gratuitamente, nos regala una Master Class repleta de sabiduría.

No es sólo por ser un verdadero maestro del carnaval. Algo que sabía desde que me enamoré de Cádiz hace ya bastantes años. Es que es un erudito en la materia, un gurú, con una memoria prodigiosa, que ha vivido, escuchado y ensayado al lado de los mejores. Reflexiona con la inteligencia que da la calle, la misma que le otorga las tablas del Falla, incansable en la audición de repertorios, y que hasta sus innumerables bostezos al comienzo de cada programa son capaces de sacarte una sonrisa de complicidad.

Martín, Romero, Quiñones, Aurelio, Ripoll, Bustelo, los Catalanes, entre muchos otros han configurado su ADN carnavalero. En sus comentarios denota de sobra que sabe de esto, y suelta frases que son sencillamente para enmarcarlas: «Esto es una droga, y una droga de las duras…» «El repertorio es pa aquí pa allá, ¿tú sabes…?» «A mí las chirigotas de ahora no me hacen ya gracia, para que yo me ría hoy en día, tiene que venir uno de la chirigota a hacerme cosquillas en los pies» «Bueno, las chirigotas de Aragón, esas sí…» «Humberto, tu eres muy cariñoso ¿no….?» «Sería jurado solo, con más gente no…»

El encanto de sus comentarios viene de su sinceridad, da hablar sin tapujos, sin el enredo para intentar quedar bien con todo el mundo. Eso sí, no he visto en ningún momento faltar al respeto a ninguna agrupación, ni autor, ni componentes. Él es un gaditano de corte clásico, que brevemente es capaz de destripar un repertorio con cuatro palabras, o nombrar algún tipo semejante que ya saliera en los años sesenta, setenta u ochenta.

La pureza es visible, se palpa sincera, sale de la mano experta de quién ha vivido todo de nuestra fiesta, del que viene de vuelta, a veces hasta saturado. Alguien que ganó premios, cajonazos y hasta algún que otro babuchazo.

Y lo que más asombra, es la seguridad del artista que economiza las palabras para decir lo que ya todos sabemos «Aquí siempre ha habido agrupaciones, buenas, malas y regular…» «Nada es nuevo en este Cádiz nuestro…»

Mi admiración más infinita por usted D. Juan Garrido Ponce (Juanelo).

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