COAC 2024
Jona: «No canto para agradar a la mayoría, lo hago para expresar lo que siento»
cARNAVAL DE CÁDIZ
El joven pero experimentado autor presenta hoy 'Los sacrificaos', una comparsa con la que espera desquitarse del chasco de 'Los peliculeros' al quedarse fuera de la Final estando en muchas quinielas
Tras la decepción del pasado COAC con 'Los peliculeros', una comparsa con la que muchos contaban en la Final, Jonathan Pérez Ginel 'Jona' trae una nueva idea con 'Los sacrificaos', una agrupación con la que han dado «un pasito al frente» y esperan correr mejor suerte.
Por la cantidad de días que han tenido que aguardar hasta la puesta de largo, el autor reconoce que el Concurso se le está haciendo «un poquito largo»: «Se hace larga la espera y eso que no somos de los últimos en cantar. Yo prefiero pronto si me das a elegir, porque si no se hace muy tedioso y se van pisando los temas».
Además, el calendario en comparsas ha deparado que muchas de las favoritas se concentren en muy pocos días, cantando hoy el Jona, mañana la de David 'Carapapa', el lunes la de 'Chapa', el martes la de Germán Rendón, el miércoles la de Palmi Santander y el jueves, último día de preliminares, la de 'Piru' y 'El tomate'.
La agrupación llega bien al estreno, «como todo el mundo que ha estado cuatro meses ensayando, que todos creemos que llevamos un trabajo bien hecho». Los últimos días son siempre traicioneros: «Hemos tenido tiempo para prepararlo todo, aunque estos días, con algunos cambios, lo que estaba controlado parece que empieza a desmoronarse y lo que quieres ya es soltarlo».
«Hay mucha ilusión y muchas ganas, pienso que hemos dado un pasito al frente», dice respecto al chasco que les supuso no alcanzar la Final con 'Los peliculeros': «Tenía nivel para pasar, de hecho nos dieron el Premio Cajonazo y en los jurados de la prensa se contaba con nosotros. Pero al final es el gusto de cinco personas». «También pasó con 'Los originales', que tenía mucho calado y peso y nos quedamos con la miel en los labios. No se puede hacer otra cosa que traer otra buena comparsa y esperar que este año sea del gusto del jurado», expone.
Sobre la justificación del nombre de 'Los sacrificaos', a expensas de que se abran las cortinas, Jona recuerda que lo anunciaron junto a un peón de ajedrez: «La comparsa va a jugar a ese juego metafórico, de ver quiénes son los peones de la sociedad y qué rol tiene cada uno».
Los carnavaleros también hacen muchos sacrificios, como explica el autor en su caso personal, teniendo que conciliar con su pareja la crianza de su hija de dos años: «No sé cómo lo he hecho para llegar hasta aquí. Mi bendita madre es la que echa un capote por las tardes cuando trabaja mi novia». Entre risas dice que el esfuerzo de cuadrarlo todo, incluido el tiempo para componer, ha sido una tortura: «Se podía haber llamado 'Los torturas'».
La estrategia para competir está clara, aunque no descarta hacer alguna modificación: «Tenemos nuestras letras potentes colocadas para las distintas fases pero siempre abiertos a lo que pueda pasar. No me refiero a letras concurseras, pero sí a que pueda surgir una que mejore lo que hay».
Sin temor a las críticas
Cuestionado sobre si miran con lupa las letras ante posibles críticas, asegura que no canta «para agradar a un colectivo o una masa, yo lo hago para expresar lo que siento. Eso conlleva un riesgo porque sabes que te están apuntando».
Que una copla levante ampollas es más común ahora que hace algunas décadas, básicamente por la inmediatez y el altavoz que dan al aficionado las redes sociales: «Antes no había ese flujo de opinión que dan las redes. Estaban el derrotista, el enterado, pero era una opinión que quedaba en el bar, en el trabajo, no trascendía de la manera que lo hace ahora».
Algunos «van al cuello» según el tema que se toque, por lo que dice que en algún momento se puede sentir cortado, pero en ningún caso condicionado: «Yo sigo escribiendo lo que quiero, que muchas veces me cuesta llevarme palos y la crítica, pero intento que siga sin afectarme»,
«Hay gente que quiere escribir más a favor de la corriente, no escribe lo que piensa, sino lo que la gente quiere escuchar. Y eso es triste. Te das cuenta de que hay miedo. Muchas veces más que ganas de ganar, lo que se busca es no perder un premio», expresa respecto a la existencia o no de autocensura.
En función del renombre que tenga cada autor, «obviamente ganado con su talento y trayectoria», más fácil es ir a contracorriente porque teóricamente van a seguir mayoritariamente: «A otros les dan palos por todos lados», afirma.
Difíciles cambios en el Concurso
¿Qué se puede modificar en el actual Carnaval? «Ahora estoy más metido en ese tema y estoy intentando cambiar cosas desde dentro y te das cuenta de que es muy complejo y que está todo muy encorsetado. No están fácil encontrar soluciones»
Eso puede hacer que, respecto a cuestiones internas susceptibles de ser criticadas, se contenga a la hora de tratarlas porque tiene un conocimiento de cómo funcionan y reclamarlas puede suponer un recurso fácil de solución difícil. «También se han probado algunas cosas que han sido un fracaso y se ha vuelto a lo anterior», recuerda.
Nivel del carnaval actual
Hay copleros que afirman que el nivel del Carnaval de hace algunas décadas era superior al actual, una cuestión que Jona circunscribe al idilio con la fiesta que se tiene «en la infancia y la adolescencia, que es cuando te enamoras del carnaval, te lo sabes todo y cala en el corazón. Y luego todo te parece poco».
«A los de mi quinta nos pasaba eso en los 90», asegura. La globalización ha llegado también al carnaval y «se ha perdido esencia, gaditanismo y sentimiento por la fiesta», aunque reconoce que se ha ganado en otros aspectos como la difusión.
