Que ni las hambres las vamo a sentí: el Selu convierte el Falla en un templo flamenco de la ironía más gaditana

Que ni las hambres las vamos a sentí

• Autor José Luis García Cossío 'El Selu'

Tras el paso por el escenario de dos agrupaciones onubenses, la impronta gaditana ha recalado en el Falla con una de las agrupaciones por excelencia de la fiesta, la chirigota de El Selu, tal vez el regreso más esperado del concurso de este año.

Por si les faltaba algo, Juan Ardentía y El Peñita, insignes chirigoteros, se suman a este grupo que domina con maestría la interpretación de los tipos cada año. José Luis García Cossío 'El Selu' ha plantado en el falla un cuadro flamenco. El vestuario, similar a 'Los quemasangres', pero más gitano. Del atrezo, con ceniceros de Cinzano en las mesas donde se apoyan los intérpretes, podemos destacar a Susana Díaz como palmera y Luis Rubiales como cantaor en los cuadros que engalanan los muros de la peña.

Para la presentación, alegrías. Y para terminar la pieza, bulerías. Radiografía de la situación actual en un personaje que está pensando seriamente en tirarse del puente. Están tiesos. Y por fin un pasodoble del Selu. Llevábamos sin escuchar una de sus letras originales desde 2020, cuando consiguieron el cuarto premio con 'Estrés por cuatro'.

«No metas la mano, Bruno, en el ayuntamiento», reza la recreación de esas irresistibles alegrías gaditanas en los primeros compases. Primera copla al alcalde desde que asumió el cargo, «cogidito de la mano de la Teo». Hacia la mitad de la presentación, el lamento del cantaor recuerda a ese pasaje del pasodoble de 'Las verdades del banquero'. Las coletillas son, como siempre, para tirarse de coco. «Te lo juro», «por mi madre» y el carraspeo antes del golpe final. Ha vuelto la ironía al Falla, la gracia de Cádiz

Ignacio, el tocaor, nueva incorporación del grupo, se encarga de los compases por bulerías en mitad del pasodoble. El segundo, al alcalde saliente, 'Kichi', que ya no se va a meter ni a presidente de su escalera. Delgadito y encantado de marcharse, «el mejor alcalde que ha tenido Cádiz» ya puede devolverle las chaquetas a Tinoco.

Los cuplés, sin perder un ápice del tipo, al niño de su vecino, travieso, que corre sin sentido y encaja perfectamente en el Cádiz C.F. Y a la reina Letizia, cada vez más delgada, que tiene la mala leche sin lactosa, según cuentan en el segundo de la tanda. Estribillo por bulerías. Sus seguidores no son precisamente de Facebook ni Instagram. Como Los Enteraos, estos flamencos quieren librarse de las deudas.

Cante jondo para los primeros tercios del popurrí. Los chavales con la música moderna de hoy en día no tienen na que hacer con el compás por bulerías. José Mari vuelve a asumir el protagonismo con una coplilla del mismo palo. También se pegan la suya Ardentía y El Selu. Cante por 'martillete' para el hermanamiento del flamenco y carnaval. Y una sevillana para el de Cádiz y Sevilla. Tanguillos para recibir a un grupo de turistas y rumba para despedirse. «Qué difícil es decir adiós» a la chirigota del Selu. Pero en cuartos vuelven. «Esto sí que es una chirigota», clamaba el público.