Los gritos de Cádiz: la comparsa de Sevilla Pecci y El Noly impregna el Falla del sabor más añejo de Cádiz

Comparsa

Los gritos de Cádiz

• Autor Francis Sevilla Pecci y Manuel Sánchez Alba 'El Noly'

La comparsa de Francis Sevilla Pecci y Manuel Sánchez Alba 'El Noly' ha cerrado la sesión con un sabor añejo. Una mayoría de componentes veteranos como 'El Pati', icónico octavilla de los 80 y los 90, predomina en un grupo que suena a Cádiz antiguo. Un homenaje a los pregones gaditanos, los que se declamaban en las Casapuertas.

Lo mejor que tiene una tanda de pasodobles de El Noly es que después de saborear la melodía del primero, en el regusto queda la certeza de saber que vas a escuchar un segundo. Lo malo es cuando acaba el segundo. «No hay museo que recoja este pellizco», reza la primera letra de la tanda. La segunda, una denuncia a los atropellos del gobierno andaluz a la sanidad pública, dejando un reguero de listas de espera.

El planteamiento de los cuplés también es antiguo. El primero parece que va ser verde, pero... En el segundo dan cuenta de las investigaciones de hacienda a las agrupaciones de carnaval. El estribillo es delicioso («cantándote al oído, ay sentrañitas mías»), pero tiene uno la sensación de que se cantará más el que queda en mitad de la pieza del cuplés.

Anuncian en el popurrí la muerte de los pregones, si bien quedan las remembranzas a María 'La Hierbabuena' o a los jaleos del pueblo a las agrupaciones. «Los gritos del Falla son cuerpo y alma del carnaval». Después de unas bulerías, se despiden insertando una letra en la melodía de una chirigota de Cañamaque: «Los Vendedores de Erizos», fechada en 1934. Ahí es 'na'.