Opinión de Carnaval

El chirigotero total

Y todo eso no lo hace porque esté empezando. Lo hace tras llevar el peso de agrupaciones de Juan Carlos (con Bohórquez, el Petra, Carmelo…) y de los primeros premios de Lolo Seda y Kike Remolino

Fede Quintero

No recuerdo bien si era trabajando en Marca o en As pero lo vi cubriendo un partido de filiales. Mejor no pensar cuántos años hace de aquello. Le miré y pensé para mí que yo había visto a ese linier en otro sitio. Rápidamente mi mente se fue al año 94 con Taller de Melodías donde ese joven chaval de la segunda fila apoyaba al Lulu y otros ilustres comparsistas. Ese final de popurrí aún lo tarareo de vez en cuando… Rápidamente miré la ficha del partido y, efectivamente, el trío arbitral era de Cádiz.

Pronto nos hicimos amigos. Y algo más. Siempre de frente, con la ausencia de miedo que te da ser insultado cada domingo por esos campos de Dios, comprobé rápido que las medias tintas no eran cosa suya. Sincero, directo por muy duro que sea lo que te tiene que decir, pero siempre buscando que las aguas se calmen entre los que están a su cargo.

Son muchos los que se han apoyado en su talento y la gran mayoría los que han confiado en su liderazgo. Porque sin duda es un líder. Juan Carlos me dijo una vez que «si él está en el proyecto yo me embarco sin miedo. Se puede confiar en él y sabes que te va a poner en escena lo que tú buscas». Y el que hablaba se equivocaba poco en esas cosas…

Este año he sido muy feliz viéndolo disfrutar. Hace años que necesitaba esta alegría. No por el premio, qué va. Éste está ya curado de egos y necesidades banales. Lo necesitaba porque en ocasiones la vida le ha dado un revés, algunos más seguidos que otros, y es de los que siempre se pinta dos coloretes y hace que tú te olvides de tus líos. Generoso por naturaleza.

Con esa voz estruendosa y esos mil gestos en uno es capaz de conseguir que no echemos mucho de menos al Love y al Cabra en el centro de la escena pero que su chirigota parezca de ellos dos, adaptándose respetuosa y camaleónicamente a lo que redunde positivamente para su grupo. Eso te lo hace rodeado de Cornejos o Villegas y también con chavales cuarteteros pero inexpertos en chirigota o quedándose en un segundo plano pero cuadrando a la perfección con la fuerza de unos Molinas.

Y todo eso no lo hace porque esté empezando. Lo hace tras llevar el peso de agrupaciones de Juan Carlos (con Bohórquez, el Petra, Carmelo…) y de los primeros premios de Lolo Seda y Kike Remolino. A esa generosidad escénica y humana me refiero. El eterno aprendiz que realmente da un máster de interpretación en cada mímica, en cada mirada y hasta en sus silencios en el escenario. Ha sido una pasada verlo disfrutar este año. Mira que había donde mirar con Cristóbal, Chico, Lala, Pachichi… pero a mí es que me hipnotiza. En mitad de la cupletina del queso ya no puedes quitar los ojos de él, haciéndote reír y comprender todo hasta antes de que pase. Eso sólo le ocurre a los grandes. Y él lo es.

Y para colmo, el Carnaval es algo anecdótico si comparamos sus otros valores. Como buen gaditano ha sabido inculcar, junto a su inseparable María José (qué paguita tienes ganada hija mía…) sus dos pasiones en sus dos descendientes. «Mano, tienes que escuchar a mi Yoli, es dulzura, es fuerza… es Carnaval». Esto no me lo dijo ayer, de esto hace más de un lustro. Anda que se equivocaba. Se quedó corto. De eso ya se habéis dado cuenta todos.

De Julito me llegan los vídeos de padre orgulloso: «Mira qué golazo metió ayer»… No sólo les ha inyectado el fútbol y el Carnaval, también que la familia es lo primero. Manuel Carrasco lo sabe, que mientras aplaudía en un palco del Falla el estreno de La Oveja Negra, a Julito le salió del alma decirle: «pues verás después que canta mi hermana». Álvarez puro.

No sé bien si a este gaditano me lo regaló el Carnaval o el fútbol lo que sé es que (cuando lo deja el Chipin) siempre busca su huequito para avisarme que está por mi tierra y se enfada en serio cuando voy a Cádiz y no lo llamo. Soy consciente de la suerte que tengo y creo que ya no habrá dudas tras verlo este año de la que tenemos todos por disfrutarlo ahí en las tablas. Para mí es el chirigotero total, un carnavalero que es historia de la fiesta. Y esto te lo juro por Dios… que no estoy exagerando.

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