OPINIÓN CARNAVAL

Los límites del humor

Siempre es buen momento para hablar sobre los límites del humor pero llegada la nueva temporada de Sálvame carnavalero, mucho más. Yo soy de la opinión de que el humor debe tener límites, sobre todo para sobrepasarlos

Eder Rey

Entiendo que cuando el foco de las miradas es uno mismo, es difícil abstraerse, y más si se toca algún tema personal, pero eso ya entra en el gusto y saber hacer de quien intenta hacer humor de manera más o menos acertada. Si el carnaval no entiende de estamentos sociales en línea ascendente tampoco debería ser limitado en línea horizontal o descendente, y mucho menos si el humor va dirigido a quien lo propaga. Para eso ya está el oyente para calificar, nunca desde el odio, si compra o no ese producto humorístico. El odio en la vida nunca es compañero de viaje y es el principal enemigo del humor sin límites.

El humor es tan subjetivo y personal que si no te gusta el humor de una agrupación, El Falla (y las calles de Cádiz) te ofrece un amplio elenco de alternativas para sobreponerte al «mal humor»

¿Y por qué estoy opinando de esto? Pues porque en algún momento no muy lejano, a algún iluminado se le ocurrió que era buena idea que este tonto de Twitter tuviera reservada semanalmente esta pequeña columna.

Comenzaba un pasodoble del Yuyu de 'De plaza en plaza':

«Yo tengo un arte, una gracia y un salero

Soy gaditano de pura cepa y carnavalero

Todos los años hago una crítica elegante

Y pongo como los trapos a quien se ponga delante…«

Cierto es que muchas veces los que más carga damos, somos los que tenemos la piel más fina para no saber recibirla. Es directamente proporcional. Cuanta más carga damos, más nos quejamos de recibirla. Y eso no solo es injusto, sino que también es injusto. Así hacen los escritores para manejar la ironía y recalcar una idea, no? Creyéndome yo la escritora Sara Mago…

Acababa aquella letra de los palomos:

«…con el arte que yo tengo pa criticar tantos personajes

Y tiene guasa que luego venga y te diga cualquier malaje

No me gusta el pasodoble y el estribillo a ver si lo enmiendas

Y tengo que cabrearme porque la gente tiene aquí muy mala lengua»

El Yuyu no era aficionado a hacer letras con un crítica seria en los pasodobles, pero ésta, autocrítica más que acertada, bien podría aplicarse a la actualidad habiéndola escrito hace 27 años.

Yo, que no soy ejemplo de nada, me aventuro a dejar por aquí un consejo porque muchas veces hay que alejarse para ver las cosas con más claridad. Y es que, si en algún momento alguien dice algo que te molesta, te atormenta o te perturba, lo más inteligente es no pronunciarse, al menos de manera contraria a la carga (a menos que tu horóscopo te lo diga…) puesto que la pequeña bola de nieve acaba convirtiéndose en el séptimo continente y no hay espalda que lo soporte por mucho crossfit que hagas.

Que por cierto, si prácticas crossfit te acaban convalidando el C1 de inglés, con los muertos de los burpees, los front squat, los muscle up y los ben and jerry's ('to liao'). Pero eso da para otro artículo que ni yo ni nadie va a escribir nunca.

Ah, y un último alegato en el que imploro al dios Momo:

Nunca defendáis la idea de que el humor no tiene límites bajo el horripilante eslogan de 'Esto es sólo carnaval'

Por dos razones. La primera, porque la palabra 'sólo' ya no sabe uno cuando acentuarla. Depende de cómo se levanten ese día les miembres de la Real Academia de le lengüe del estado opresor.

Y la Segunda, porque para muchos el carnaval no es sólo (o solo) carnaval. He dicho!

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