Ciego de tronos: Froilán se desata en cuartos con el humor gamberro al límite

Chirigota

Ciego de tronos

• Autor José María Barranco 'El Lacio'

Todo apunta a que Felipe Juan Froilán de Marichalar y Borbón no ha dicho su última palabra en el concurso del Falla este año. Los veremos en semifinales, salvo que el jurado no quiera escuchar más bastinazos en el teatro. Porque se han quedado a gusto.

La agrupación, que tiene entre sus filas a varios componentes de la chirigota de Pablo de la Prida Miranda y Jesús Benarquez Liaño ('Daddy Cadi') y de la comparsa de Tocina, ha confirmado las buenísimas sensaciones de preliminares. El humor al límite desplegado en la primera actuación no tenía como objetivo el golpe de efecto. Era su seña de identidad.

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La presentación, llena de golpes, contiene cambios ostensibles en este pase: alusiones a El Bizcocho y a 'La oveja negra'. Tras la pieza, en la que el personaje queda perfectamente retratado, emerge el sello de José María Barranco 'El Lacio' en la tanda de pasodobles.

Ambas temáticas han sido recurrentemente tratadas. Lo que resulta singular es el prisma desde donde se toca el tema, ya lo dijo El Gadita (El Morera) en aquel antológico cuarteto. Los asesinatos por violencia machista han sido objeto de numerosas coplas en el Falla (desde el legendario «Con permiso, buenas tardes» hasta el pasodoble de los «nombres» de 'Los Santos), pero siguen muriendo mujeres por culpa de esta lacra.

De la segunda letra se desprendía un canto evocador a los abuelos: «Los entremuros de los hogares de Andalucía guardan recuerdos», comienza. Sin embargo, el pasodoble se revuelve hacia el ocaso para denunciar que su abuelo, el del personaje (el rey emérito), es un sinvergüenza.

Vuelve la chirigota gamberra a la acción en los cuplés. El primero es una carga simpática al periodista que señaló la abundancia de droga en su repertorio (por aquí que 'registren') y el segundo es de los que desata el «Uhh...» Sobre las pastelerías que venden dulces con forma de pene, algo inadmisible para los niños... El remate lo pueden ir buscando en el Vaticano. El popurrí insiste en el humor salvaje que conecta con el público, que ya los espera en semifinales.