COAC 2024
'Chapa': «La mitología de la ciudad de Cádiz la ha construido el propio carnaval»
CARNAVAL DE CÁDIZ
Miguel Ángel García Argüez presenta esta noche 'Los colgaos', una idea que en principio parecía inviable y a la que han acabado dando forma
Llega el momento de una de las comparsas más esperadas del Concurso. 'Los colgaos' coge el relevo de 'Los esclavos', segundo premio en el COAC 2023, y de la mano de Miguel Ángel García Argüez, 'El Chapa', buscará dar con la tecla gracias a agrupación con la que han «explorado terrenos hasta ahora desconocidos».
Asegura el autor, al que acompaña en esas lides Raúl Cabrera, que presentan una idea muy gaditana, aunque cree que cada vez es más difícil conectar con el público. El cuerpo le pide denunciar determinados temas, pero el Concurso obliga a que estas den el perfil para poder competir.
-¿Cómo llega la comparsa al estreno?
-Estamos muy contentos con cómo se ha ido desarrollando todo en los meses que llevamos trabajando la comparsa, con la idea, el repertorio... Muy bien. Hemos tenido un pequeño tropezón con la gripe, la gripe A, que ha caído más de uno. Ha sido un bache más de ánimo que otra cosa. Y ahora ya estamos como perros rabiosos con ganas de que nos suelten ya el collar. Se hacen largas las preliminares cuando te toca cantar tarde.
-¿Prefiere cantar pronto en el Concurso?
-Todo tiene sus pros y sus contras. He tenido la suerte de que este año me ha tocado cantar muy pronto con el coro y casi al final con la comparsa, así que he gozado ventajas y desventajas de cada cosa. Lo suyo es cantar en medio. Ni pronto ni tarde.
-¿Qué puede adelantar? El nombre ha dado juego para la especulación.
Es una comparsa muy gaditana, que no sé muy bien lo que significa eso. Pero si es verdad que está centrada en una temática muy gaditana, muy inclusiva. Es un pequeño cambio, no de estilo, pero sí hemos explorado unos territorios con música y letra distintos a otros años. Es una colgaera que se nos ocurrió y que pensamos que no se le podría dar forma. Y al final sí y estamos con muchas ganas de soltarlo.
-¿Cree que la idea va a sorprender?
-Es una idea curiosa. Uno no sabe ya qué puede sorprender y que no en el Teatro. Y más porque el público es cada vez más extraño y más ajeno y desconoces que te vas a encontrar al otro lado del escenario. Pero sí, es una cosa distinta que no habíamos probado ni como grupo ni nosotros como autores. Esa sensación ha sido el combustible que ha movido a la agrupación.
-¿Se ha perdido entonces la esencia en el Teatro?
-El Falla es como todo en la vida, es algo vivo que está en evolución constante. A la gente más jovencita le encanta y los que ya llevamos más años en esto y somos más puretillas empezamos a ver una decadencia, pero esa es nuestra percepción de las cosas. La realidad es que el mundo cambia, la vida cambia y el Concurso cambia. Ni mejor ni peor, es distinto y o te adaptas a los tiempos o te vas a tu casa y te conviertes en un viejo rebotado. Así que nosotros vamos a lo que nos encontremos, a llevar la comparsa más bonita posible y a enamorar al mayor número de gente.
-Conflictos bélicos, ruido político... ¿Qué temas le estimulan?
-Los que has mencionado son temas susceptibles de ser denunciados en carnaval. Pero el debate es otro. ¿Cuánto permite el Concurso convertir una copla en una herramienta para denunciar? Te obliga a convertirla en una herramienta de competición. En carnaval tienes que ir a decir cosas pero también cosas que a la gente que esté allí les interese. Yo no voy a hacer un pasodoble sobre Yemen, porque a quién le interesa eso en una copla de carnaval. Jugamos en el equilibro de convertir la copla en una denuncia social, pero por otro lado el público y los medios exigen competición y no siempre es compatible. Cada año es más complicado.
-¿Funcionan entonces mejor los temas de metacarnaval que los de denuncia?
-Yo matizaría una cosa respecto al metacarnaval: se ha puesto de moda utilizar esa palabra y a mi modo de ver se usa de una forma errónea. El metacarnaval es una copla hablando sobre el propio carnaval, eso es maravilloso y ha existido siempre y es una cosa normal. Otra cosa es el metaconcurso y la actualidad del Concurso, que es hacer un chiste sobre algo que pasó ayer en el Falla, que eso me parece menos interesante. ¡Ha llegado febrero, qué alegría, Cádiz se viste de gala! Eso es metacarnaval. El metaconcurso me parece no una degradación, que es una palabra muy fea, pero sí vaciar de contenido la copla de carnaval.
-Al tener muchos seguidores de fuera de Cádiz, ¿se ha sentido tentado alguna vez de hacer un repertorio algo más global?
-No necesariamente. Si tú escribes sobre una cosa muy puntual de la actualidad gaditana, puede ser que no tenga mucho sentido cantarla luego porque la gente no tiene las claves. Pero si son letras que hacen alusión a la propia Cádiz o a la forma de ser de la gente de Cádiz, eso sí porque en realidad la gente de fuera que está enamorada del carnaval, indirectamente está enamorada de Cádiz. Y a la gente de fuera le gusta que construyamos ese Cádiz idealizado. Hablar de una anécdota de un Pleno municipal es un tema más delicado. Pero cuando se habla de la ciudad, de su situación, de Astilleros o de la gentrificación, la gente es receptiva.
-Sois en cierto modo un altavoz de Cádiz al mundo. ¿Es eso una responsabilidad?
-Sale de forma natural. Soy de los que piensa, y lo he discutido con muchos amigos, que la mitología de la ciudad de Cádiz la ha construido el propio carnaval. La Caleta nadie pensaba que era una playa bonita, era la playa del barrio, una playa sucia, de los pobres. Quien empieza a construir esa idealización es Paco Alba con las coplas de carnaval. La gran playa de Cádiz era la Victoria, la playa de los turistas. Ahora la gente va a La Caleta a aplaudir las puestas de sol. El primero que habló de eso fue Paco Alba y la imagen emocional que ha proyectado fuera son las coplas. A la gente de fuera le encanta eso.
-¿Sigue el Concurso? ¿Lo disfruta?
Lo disfruto todo lo que puedo. Veo todos los días lo que me permiten los ensayos y el trabajo. A mediodía veo lo que no pude el día anterior. Es verdad que cuando cantan los rivales directos está uno con el pellizquito. Intentas escucharlo con la mayor objetividad posible, intentando disfrutar. Pero claro, la competición te enturbia eso un poco, aunque yo tengo poco veneno. Por ejemplo, disfruté mucho ayer (por el sábado) con el Jona. Aunque disfruto más viendo chirigotas o viendo las comparsas ya en marzo. Pero me vanaglorio de no estar muy envenenado.
