Los chabolis: la chirigota quinqui de los Molina estalla la sonrisa del teatro en preliminares

Chirigota

Los chabolis

• Autor Manuel Benítez y Francisco Daniel Benítez

Una espectacular puesta escena recibía a 'Los chabolis'. La agrupación de los Molina (Manuel Benítez y Francisco Daniel Benítez) se consagra este año sin José Molina —que sale con otro grupo desde 2023— después de que el año pasado se quedara incomprensiblemente fuera de semifinales. No parece que esto mismo ocurra en el concurso que nos ocupa. Porque además es mejor chirigota.

Representan a unos quinquis, habitantes de un poblado chabolista de la Baja Andalucía. La presentación está cuajada de referencias en tono jocoso. Su descampado, por ejemplo, es el Nuevo Jeringuilla. La música entra con asombrosa fluidez desde el principio hasta el popurrí, es cantable y, a veces, hasta bailable. Una chirigota para pasarlo bien.

No traen cuplés de tres en tres, pero sí dos melodías de pasodoble. Bastante cortas, dicho sea de paso, ¿o es que nos han gustado mucho? El primero suena gitano y, según ellos mismos, «chabacano y sandunguero», pero se cuela en las entrañas del aficionado.

Para el segundo, que es distinto, sí, pero mantiene el mismo espíritu, aciertan con un muy buen tema: el empleo de «chirigota» como término despectivo en el periodismo. Para un político cafre o un equipo que es un fracaso.

La tanda de cuplés es una de las más redondas de preliminares. El primero da cuenta de su calvario después de ingresar en Proyecto Hombre. «Estaba mejor cuando estaba enganchao», resuelven. El segundo, de cariz surrealista, relata que debido a la sequía han tenido que hacerse con una desaladora. Su mujer no le da el uso más conveniente y la letra acaba con chiste de pelo. Muy buen estribillo, de los que se cantarán mucho este año: viendo los gastos de la clase media, prefieren su chabola.

Con el popurrí terminan de meterse al público en el bolsillo. Más apropiada no podía ser la música para el arranque: Los delinqüentes. Por cierto, que aquí el que se acuesta con hambre es porque quiere; que no se acueste. La ley del Chaboli es una tremenda cuarteta. Tampoco se queda atrás la versión del estribillo de 'Los Mafiosos', último primer premio de Juan Carlos Aragón. Buenos golpes a lo largo de los ocho minutos. Y a su retirada, alegría, una de las señas identitarias del repertorio. El público no puede contener la sonrisa. Un pase de los que hacen soñar.