AutoresLuismi Rossi, José Manuel Martínez 'el Taka' y Mario Rodríguez Parra
Los niños son auténticos monos imitadores que copian lo que hacen sus mayores, y se comprueba con alegría como estos jóvenes han asumido la esencia con naturalidad y repiten las mejores formas de sus ancestros. Chirigota que pese a su juventud es muy clásica en su composición, y se aprecia un paso decisivo en su parte cómica.
Rumanos con el acento de los 'guirris' que lanzan dos pasodobles de esos que se agradecen en un Concurso literariamente tan plano y poco sorprendente. El primero a los corruptos, con el toquetazo final al «que le roba a los niños, que no tiene perdón de Dios. Sinvergüenza».
Y el segundo a la falta de representación de Andalucía donde debe ser, en el Congreso de los Diputados. El grupo suena mejor y el pasodoble de Mario Rodríguez Parra toca esa parte sensible, tan necesario en esta pieza.Los cuplés son cupletinas, desenfadadas, alegres, con guasa y carga y que se reciben con una sonrisa en los labios.
En el popurrí, la idea les da mucho juego y los chistes funcionan. La sensación es esa: más que consolidación, superación.
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