COAC 2024

Cuando el Carnaval de Cádiz llega al alma a través de la escucha

Carnaval de Cádiz

Andrea, aficionada asturiana, se recorre el país para disfrutar de una sesión de semifinales

«Yo las coplas las siento de otra manera», dice haciendo alusión a su invidencia

Orden de actuación de la Gran Final del COAC 2024

Una Final del COAC sin descanso

Andrea, junto a su perra Bala, en el patio de butacas del Gran Teatro Falla. Nacho frade
Álvaro Mogollo

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El Carnaval de Cádiz es una expresión cultural que va mucho más allá del mero hecho de ser una fiesta y sus límites son inexistentes. Eso es algo que conoce prácticamente todo el mundo, pero quien no quiera darse cuenta, aquí tiene otro ejemplo más.

En la cuarta sesión de semifinales, Andrea, aficionada asturiana, disfrutaba en el patio de butacas conversando con su madre y sus vecinos de asiento: «Es la primera vez que vengo al Falla», exponía. Su viaje a Cádiz, de hecho, lo motivan las coplas.

«Vaya ambientazo tenéis aquí», dice con una sonrisa perenne en la cara. Su afición al carnaval surgió en Asturias: «En varias ciudades hay desfiles y salí en un par de carrozas. Allí hay charangas, se puede cantar pero es un carnaval más de disfraces».

Cuando se abren las cortinas, no hay más que ver en su cara la emoción de las primeras veces. Andrea es invidente y sólo percibe la luz, explica, de forma que escucha con ahínco las músicas y letras que las diferentes agrupaciones interpretan durante la noche.

«Yo las coplas las siento de otra manera», expone. Para ella el atrezo, los tipos y el forillo no tienen relevancia, por lo que la esencia se centra en su caso en lo que se canta sobre las tablas, que no en vano es lo que ha distinguido siempre al Carnaval gaditano: «Me fijo mucho en las letras y en el ritmo».

Pudo disfrutar de las cuatro modalidades que compiten en el Concurso, pero no duda un solo instante en contestar que a ella lo que de verdad le van son las chirigotas: «Me gusta más el cachondeíto». Y debe ser así escuchando sus carcajadas.

A sus pies, una adorable perrita llamada Bala la acompaña jugueteando con unos papelillos y dejándose acariciar por todo aquel que se acerca a saludarla: «La verdad es que buenísima. Es una maravilla lo bien que se porta».

Terminada la sesión, la familia se retira satisfecha tras haber pasado una emocionante noche de Carnaval. Una fiesta gaditana que se nos escapa de las manos, que hacen suya miles de aficionados de donde quiera que sean y que cada cual disfruta de manera diferente. Andrea se recorre el país de punta a punta para poder escuchar a unos pocos de metros lo que quieren cantar un ramillete de gaditanos.

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