La chirigota de Camas es la invitada de excepción en estos cuartos. Como tantos otros en años precedentes, se ha colado por las rendijas de la ilusión del primer día y de la falta de referencias en ese instante inicial. No es una mala agrupación pero su nivel queda lejos de esta fase. Ni es la primera ni será la última y han intentado aprovecharlo.
Pasodoble denunciando los desvaríos de una prensa comprada al servicio de los poderosos y una segunda letra dedicada a la figura de la abuela. El primer cuplé bromea sobre esos guiris que se quejan de los precios en España, y sobre todo de que «las piscinas están muy lejos de los balcones» (ainss, Sofri). El segundo picantón y con buen efecto que entra en meta. Lo mejor, el estribillo.
El popurrí es la pieza maestra de este estilo de chirigotas, donde exprimen a esta pelusa con un repertorio cimentado principalmente en este tipo original, surrealista y simpático. Suele estar muy pegado a las modas del momento y se reconoce una influencia bizcochera en los remates de las cuartetas. El final, atonal. Han renunciado a Los Molares para estar esta noche en Cádiz.
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