Celta - Cádiz
De Vigo a Cádiz, un abismo
LALIGA EA SPORTS
Nada tiene que ver el rendimiento de Maxi Gómez en estos últimos años
El delantero del Cádiz CF, que destacó como un excelente goleador en el Celta, todavía no ha celebrado goles de amarillo en la competición liguera
Maxi Gómez quiere sonreír en el Cádiz CF
Este Cádiz CF es puro teatro
El pasado verano el Cádiz CF apostó por un delantero contrastado y con experiencia en LaLiga. La llegada de Maxi Gómez causó revuelo y expectación en una hinchada como la cadista, acostumbrada a jugadores de menos renombre arriba.
Salvo el anuncio de la incorporación de Álvaro Negredo la misma noche del último ascenso a Primera, el Cádiz CF apenas incorporaba a ningún 'killer' reconocido a sus filas hasta el mercado de invierno de la temporada pasada cuando llegaron a La Tacita de Plata jugadores como Sergi Guardiola y Roger Martí, que sí tenían tablas en la máxima categoría del balompié nacional. Junto a ellos se incorporó Chris Ramos, una apuesta que se ha consolidado este curso, erigiéndose en el mejor delantero del Cádiz CF en este inicio del curso.
Antes de eso, por el Cádiz CF en Primera pasaron con más pena que gloria atacantes como Saponjic, Nano Mesa, Malbasic, Álvaro Giménez, Andone y Osmajic. Sólo Álvaro Negredo, 'Choco' Lozano (continuaba desde Segunda y firmó goles fundamentales con el Cádiz CF en Segunda y en Primera) y Lucas Pérez (en el año que estuvo dejó huella, pero se acabó marchando con el Dépor a la Primera RFEF el pasado mes de enero, hace casi un año) habían cumplido vestidos de amarillo.
Por eso la apuesta por Maxi Gómez causo sensación. No era para menos porque el delantero uruguayo la rompió en Balaídos cuando llegó a LaLiga siendo un auténtico desconocido.
El charrúa llegó con 21 años de edad procedente de Defensor Sporting y cumplió dos temporadas sensacionales en Vigo. Entre los años 2017 y 2019 puso su firma a 31 goles en encuentros oficiales. Fueron tantos para todos los gustos y colores. Sobre todo gracias a su remate al ser un futbolista de área. Un delantero centro nato.
Tal revuelo causó en LaLiga su presencia que el Valencia se lanzó en busca de Maxi Gómez a pecho descubierto. El delantero uruguayo llegó a Mestalla después de una cuantiosa operación económica para el club che, valorada en 33 millones de euros si se tiene en cuenta lo que abonó el club valencianista al Celta por él más Santi Mina, que lo valoraron en 14 kilos, más Jorge Sáenz, que se valoró la cesión de dos años en tres millones de euros.
En la capital del Turia estuvo presente tres temporadas completas y tres encuentros del inicio de la siguiente. Fue una aventura que no empezó del todo mal con diez goles en el primer ejercicio, aunque alejado de los registros de Maxi Gómez en el Celta.
Sin embargo, las estadísticas de Maxi Gómez decrecieron notablemente en las siguientes temporadas, con apenas siete y cinco goles en cada una de ellas.
Esta pérdida de confianza en el delantero sudamericano hizo que el Valencia le buscara una salida en Turquía. El Trabzonspor fue su destino, el único posible la pasada temporada porque era el único sitio donde le mantenían un poco el salario que tenía.
En tierras otomanas tampoco destacó, siendo un futbolista que cumplió de manera discreta y sin grandes números. El Trabzonspor, en general, fue un caos la temporada pasada y era difícil destacar. Además, los problemas económicos del equipo turco le abrieron la puerta del regreso a España. Y ahí estaba el Cádiz CF, que esperaba su oportunidad.
Una apuesta sin respuesta
El Cádiz CF apostó por la vía de la cesión. Se trataba de una apuesta importante por un futbolista que llegaba en calidad de cedido, pero con una opción de compra no obligatoria de casi cuatro millones de euros. «Ojalá a final de temporada estemos contentos todos y podamos ejecutarla», señaló Juanjo Lorenzo durante la presentación del charrúa.
De momento no es así. Maxi Gómez, que ha jugado doce encuentros y sólo seis como titular entre LaLiga y la Copa del Rey, no es ni mucho menos titular indiscutible en el Cádiz CF de Sergio.
Por ahora no ha marcado en LaLiga (algo para lo que se le fichó) y su único gol oficial fue en la tanda de penaltis copera ante el Badalona Futur, cuando fue preciso y contundente. La otra alegría se la llevó en el reciente encuentro amistoso ante el Atlético Sanluqueño.
Su falta de confianza de cara a gol es enorme, tal y como se pudo comprobar en la clara ocasión que tuvo ante el Real Madrid. El juego del equipo y su condición física tampoco ayudan.
En resumidas cuentas, mucho menos de lo que se esperaba cuando Maxi Gómez aterrizó en tierras gaditanas.
Lo positivo es que sólo tiene 27 años de edad (aunque puedan parecer más al verlo toda la vida en LaLiga) y tiene margen para intentar volver a ser lo que fue, algo que ya demostró en Vigo. La primera oportunidad para demostrarlo es, precisamente, en Balaídos.
