El techo de una casa de Alquiladores se desplomó hace varios días. :: LA VOZ
EL PUERTO

Nuevas expectativas para el centro con el Plan de Vivienda

El Ayuntamiento confía en que por fin haya dotación presupuestaria para rehabilitar el casco histórico y que se ejecuten los proyectos de vecinos

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Tras el desplome del techado de la casa de Alquiladores, sucedió lo mismo, hace apenas unos días, en una joya olvidada de El Puerto, la Casa de las Cadenas. Más allá de la responsabilidad de la propiedad privada, lo cierto es que el casco histórico de El Puerto se cae literalmente a pedazos. Calles como Arzobispo Bizarrón, Cruces, Ganado o Espelete presentan multitud de casas antiguas, de arquitectura tradicional, carcomidas por el abandono y la desidia que sirven de refugio a indigentes y toxicómanos.

La inminente aprobación, por parte del Ayuntamiento, del Plan Especial del Casco Histórico, abrirá nuevas oportunidades para todos los que desean hacer obras, rehabilitar o modificar sus propiedades. Pero el Plan Andaluz de Vivienda de la Junta de Andalucía también debe ser, por fin para El Puerto, un factor clave. Fuentes de la Delegación provincial de Obras Públicas detallaron que la Junta dispone ahora de ocho meses para la elaboración del Plan 2013, que será teórico y normativo y recogerá los distintos programas a ejecutar. Una vez aprobado, se concretará cuáles de esos planes de rehabilitación y mejora son aplicables a las distintas solicitudes. Cabe recordar que en los últimos años, El Puerto no ha recibido ninguna ayuda para la recuperación de edificios, frente a otras localidades como Cádiz, Sanlúcar, Jerez o Arcos a las que sí han llegado partidas desde 200 a 7,5 millones de euros en el caso de San Roque.

Ante esta noticia, el concejal de Vivienda del Ayuntamiento de El Puerto, Antonio Jesús Ruiz, tachó de «vergüenza», que no exista un plan vigente, habida cuenta de que el de 2012 tenía fecha de caducidad el 31 de diciembre de ese año. «¿Por qué no empezaron con anterioridad los trabajos para tenerlo listo lo antes posible?, sobre todo si tenemos en cuenta la situación de desempleo y la necesidad de estímulos para la economía andaluza». En esta línea, el andalucista consideró que el anterior plan se cerró «con más sombras que luces» y lamentó que la que fuera delegada, Silvia López, no accediera ni siquiera a que el Consistorio portuense pusiera a su disposición una oficina y técnicos y que la Junta se encargara de la dotación económica. Recientemente se ha llegado a un mayor entendimiento con el actual responsable, Manuel Cárdenas, quien ha mostrado una mayor disposición a ejecutar actuaciones, dentro del presupuesto que se pueda permitir. Por otro lado, Ruiz se refirió a programas como los de Rehabilitación Autonómica y Rehabilitación de Edificios, que no abrieron solicitudes en 2010, 2011 y 2012.

Barriadas sin ayudas

Las últimas se remontan a 2009 y aunque fueron presentadas no han sido ejecutadas por falta de financiación. Algo que en El Puerto ha perjudicado a barriadas como Los Milagros, Sudamérica, Los Frailes o El Tejar. Otros programas, como los de Rehabilitación Singular y Rehabilitación de Cascos Históricos, no supusieron, a juicio de Ruiz, ninguna nueva incorporación a los que ya se planteaban en planes anteriores. «Ahora nos encontramos sin plan, lo que deja un vacío frente a la necesidad de vivienda de miles de familias andaluzas y de jóvenes con necesidad de emanciparse». En este sentido, y con respecto a la nueva construcción, el concejal señaló que debe contemplarse, pero de una forma más racional. «Será un apoyo a mucha mano de obra de gremios que en la actualidad no tienen capacidad de reconvertirse».

Finalmente, el socio de Gobierno del PP entendió que es necesario alcanzar un acuerdo con las entidades financieras que acaparan, por incumplimiento de sus propietarios, una gran cantidad de inmuebles y solares en cascos históricos. «Para que a bajo precio y con su financiación se puedan rehabilitar y posibilitar la recuperación de los centros urbanos». Caso este del casco histórico de El Puerto, con una gran cantidad de inmuebles en pésimo estado de conservación, muchos de ellos pertenecientes a entidades bancarias que los adquirieron para construir apartamentos. Negocios que se quedaron en el aire con el estallido de la burbuja inmobiliaria.