El pequeño Adrián acompañado por familiares, amigos y colaboradores, en el torneo alevín organizado en El Fontanal. :: C. R.
recaudación solidaria | Chiclana

«El objetivo es que Adrián ande»

Los padres del pequeño con parálisis cerebral no cesan en promover la solidaridad. Gracias a la recaudación de los eventos solidarios que organizan desde hace tres años, el niño ha mejorado a base de terapias fundamentales

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El último evento ha sido una competición de fútbol alevín organizado por el centro de fisioterapia especializada Sanix, pero en los últimos tres años ha habido de todo, desde almuerzos benéficos, festivales de carnaval, conciertos, obras de teatro o campeonatos de atletismo. Todo por ayudar a Adrián. Todo fruto del continuo esfuerzo de sus padres.

Y es que gracias a la colaboración de todos los que se solidarizan con su caso, el pequeño de cuatro años realiza más de media docena de terapias para llegar a alcanzar su objetivo de aquí a cuatro años: andar «aunque sea con la ayuda de muletas o un andador», apunta su madre, Dolores Meléndez.

Si no fuera por la hipoterapia, la terapia vestibular, voitja, el logopeda o la natación Adrián estaría hoy totalmente inmóvil y sin hablar; sin embargo, es capaz de hablar, gatear, mantenerse en pie con ayuda, controlar esfínteres y entender a sus padres. No en vano, todo este tratamiento suma unos 1.500 euros mensuales y los costes adicionales que supone una operación a la que debe someterse anualmente en Guadalajara.

El pequeño Adrián sufrió una falta de oxígeno al nacer, que dio lugar a una parálisis cerebral y encadenó una tetraparesia espástica, una enfermedad que mantiene rígidos los músculos de su cuerpo. Pero eso no ha sido obstáculo para que haya mejorado día a día, «los médicos se quedan impactados cuando lo ven porque es increíble lo que ha avanzado», agregó Dolores.

Ese progreso constante es el que empuja a David, su padre y a Dolores, con el apoyo de toda su familia y amigos, a no cesar en la búsqueda de recursos para poder mantener las terapias de Adrián. Aun así, sus padres son insistentes al afirmar que no son ellos los promotores de su mejoría, «es gracias a él mismo, porque lucha día a día y es muy trabajador. Y también gracias a la gente que nos ayuda a costear las terapias».

Por eso, continúan adelante pensando que la vida «solo se vive una vez y hay que hacer lo posible por vivirla. Adrián es feliz, se le ve».