La imagen del Nazareno recorrió algunas de las calles más estrechas del casco antiguo, como la Cuesta del Manzorro. :: A. ROMERO
Sierra

Multitudinaria acogida al Nazareno durante el Vía Crucis del Consejo

Cientos de arcenses acompañaron a su imagen más querida y venerada durante su corto recorrido por el casco antiguo

ARCOS. Actualizado: Guardar
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Casi dos años sin pasear por las calles del pueblo que tanto lo venera, porque la pasada Madrugá la lluvia no lo permitió. El Nazareno protagonizó la noche del lunes el Vía Crucis del Consejo Local de Hermandades de Arcos y los arcenses se echaron a la calle para no perderse el reencuentro con el Señor de Arcos, el alcalde perpetuo y los que la gran mayoría consideran el Padre de esta localidad.

Era una cita inusual pero eso era lo de menos. Desde el 2 de abril de 2010 el Nazareno no estaba en la calle y eso no iba a desaprovecharlo el pueblo de Arcos. Una noche plácida acompañó el caminar del Cristo por las 12 estaciones que se llevaron a cabo entre el templo de San Agustín y la Iglesia de San Pedro, un recorrido corto en el que siempre estuvo arropado por sus fieles.

Inusual también era el aspecto que presentaba la imagen más venerada de la localidad. El Nazareno no llevaba su habitual corona de espinas sino una dorada, la cruz que habitualmente porta tampoco formaba parte del paso, no iba acompañado por Simón y las manos iban cruzadas al frente, en lugar de abrazar la cruz. Con su túnica nazarena y un suelo de claveles rojos, todas las miradas eran para él en la noche en la que su pueblo hizo del Vía Crucis una estupenda ocasión para reencontrarse con su padre y pedirle fuerzas en un momento de grandes dificultades como lo es este.

El Vía Crucis se llevó a cabo por las calles San Juan, Alanises, Cuesta del Manzorro, Martín Montero, Bóvedas, Boticas, Plaza Mercedarias, Maldonado, Gradas de San Pedro y entrada en este templo. La vuelta a San Agustín se hizo por la Plaza del Cananeo, Cuesta Manzorro, Alanises y San Juan.

Cortejo

El cortejo que abría la Cruz de Guía del Consejo lo componían, además de la imagen más venerada, un numeroso grupo de vecinos que portaban una vela encendida, representantes de las hermandades de gloria y las de penitencia, hermanos mayores de las mismas y miembros del Consejo Local de Hermandades y Cofradías, además de director espiritual del Consejo, el cuerpo de acólitos y la capilla musical. Los representantes municipales, encabezados por el alcalde José Luis Núñez, también acompañaban al Nazareno y a los cofrades arcenses. Cada hermandad de la localidad se hizo cargo de una de las doce estaciones en las que se dividió el recorrido, llevando a hombros sus costaleros al Nazareno.

El Nazareno volvió a su templo tras el Vía Crucis y la localidad aguarda ya, con expectación, el momento en el que el 6 de abril el Señor de Arcos vuelva para bendecir a su pueblo.