SAN FERNANDO

Vecinos de Gallineras alertan de grupos que se dedican a robar los alijos

Aseguran que en el barrio ya se han producido varios enfrentamientos entre clanes por interceptar embarcaciones

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Un negocio redondo. Al robar la mercancía se realiza una inversión de coste cero y por tanto el porcentaje de ganancias es mucho mayor. Una oportunidad que no quieren desaprovechar los aspirantes a traficantes y al parecer con la crisis se han multiplicado los grupos en el barrio de Gallineras, Buen Pastor y San Onofre que se dedican a robas los fardos a las embarcaciones que circulan por el caño de Sancti Petri. Es algo de lo que ya alertó la Fiscalía Antidroga en su última memoria, así como de un recrudecimiento de las luchas internas entre traficantes. Y es que los ladrones de alijos se han convertido en una competencia atroz y despiadada para el negocio del narcotráfico, al contar con personas que utilizan cualquier mecanismo disuasorio con tal de quedarse con los cargamentos que otros introducen.

Más aún en el caño de Sancti Petri, cuyo trazado serpenteante puede convertirse en un laberinto sin salida para cualquier persona que no conozca bien la zona y opere además a oscuras. Sobre todo porque puede encallar con facilidad en aguas pantanosas cuando comienza a bajar la marea.

Los vecinos son conscientes de ello e incluso conocen la práctica ya que en más de una ocasión se han producido enfrentamientos como consecuencia del robo de cargamentos. Incluso llegan a correr rumores de días en los que se espera que haya movida en este sentido, ya sea porque los vecinos se han enterado de que se ha producido un robo o porque han llegado los avisos de amenaza de un clan que ha perdido su preciada mercancía a manos de estos grupos.

Además, parecen que se han hecho fuertes ya que conocen la zona con precisión y saben los puntos que más utilizan los traficantes y sobre todo los lugares en los que resulta más seguro un asalto. Incluso hay ocasiones en las que conocen sin problemas el día en el que se va a producir un desembarco o va a pasar una cantidad de fardos lo suficientemente atractiva.

Por ello no es raro observar a grupos que esperan en diferentes puntos estratégicos, como es el caso de las inmediaciones del propio muelle de Gallineras, o que pasean por la Ronda del Estero a la espera de apreciar cualquier indicio que les avise de que tienen que pasar a la acción.

Tampoco es raro que se interesen por las actuaciones policiales como la que realizó ayer la Guardia Civil y que finalizó con la incautación de unos 2.000 kilos de hachís. En estos casos, quienes roban los alijos vuelven a peinar la zona con la esperanza de encontrar algún fardo que no haya sido avistado por los agentes durante la operación.