EL PUERTO

«Los que había dentro de la casa pasaron a los niños por la tapia a la vecina»

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

'Villa Peluci', el chalé de la calle Alfarero de El Puerto, en la que vivía alquilada B. V. M. con su familia, permanecía ayer precintada y vigilada por un coche de Policía. Un charco de sangre reseco todavía se podía ver ante la puerta del garaje y a varios metros de distancia, aún seguían tiradas las bolsas de la compra que esta mujer de etnia gitana llevaba cuando le dispararon. Según algunos vecinos, que fueron supuestamente testigos del terrible crimen, se había arrastrado, moribunda, hasta la misma puerta de la casa, después de que la hubieran tiroteado. Pero nadie le abrió. Es más, según explicó a Europa Press Televisión una vecina identificada como Rosa, «los que estaban dentro ya se lo esperaban, e intentaron quitar a los niños, pasándoselos a la vecina de al lado por la tapia».

Huido en un coche blanco

«Dicen que se trata de un ajuste de cuentas, porque llegó un hombre en un coche blanco y la estuvo esperando en la puerta de la vivienda. Al volver ella, acabó con su vida», explicaba ayer otro de los vecinos de la barriada de Las Palmeras, el diseminado rural en el que se cometió el crimen. Este residente reconocía que los vecinos pasaron «miedo»: «Si llegamos a salir, nos pegan dos tiros», aseveró, recalcando que la familia de la fallecida era «muy educada, saludaban siempre y nunca había dado problemas».

Aun así, otros inquilinos de la zona aseguraron que lo ocurrido «se veía venir», porque «no era normal que en la vivienda entrara y saliera tanta gente, en una zona donde nunca ha ocurrido nada». «Algo raro pasaba porque habían tapado la fachada» de la vivienda y «no querían salir de ella, solo lo justo», contaba otra a vecina, que aún así lamentaba la muerte de esta vecina y reconocía que se podría haber hecho algo por la fallecida: «Si los vecinos hubiéramos hecho algo, se habría evitado esta tragedia», admitió. Esta misma vecina insistía ayer en desvincular el asesinato con el hecho de que la víctima fuera de etnia gitana: «Todos los gitanos no son iguales», afirmó. Sin embargo, «estos no han esperado a que la ley haga justicia y se lo han cobrado ellos por sí solos», lamentó.