Los cooperativistas de Sanlúcar no ven viable la recuperación de la bodega
Los socios de Virgen de la Caridad recalcan que cuando ellos vendieron Caydsa «estaba limpia de deudas, pero ahora tiene una gran hipoteca»
JEREZ. Actualizado: GuardarLa solución a los problemas de los viticultores de Sanlúcar no va a resultar tan fácil como revertir la operación y devolver a los 700 socios de la cooperativa Virgen de la Caridad la bodega que Nueva Rumasa les compró en verano de 2009 y a la que puso el nombre de la matriarca de los Ruiz-Mateos, Teresa Rivero.
Tal como explicaba ayer a este medio el presidente de la junta rectora de Virgen de la Caridad, Juan Juez Sarmiento, tienen que estudiar la opción, pero a priori ya les resulta poco viable para salir del gran problema económico que les tiene al borde de la quiebra, sobre todo por la deuda de 14 millones de euros que mantiene Nueva Rumasa con ellos.
No en vano, como pusieron de relieve los gestores de esta cooperativa -que es uno de los pulmones económicos de la ciudad de la manzanilla-, «cuando nosotros vendimos Caydsa era una auténtica joya, con unas ventas anuales bastante importantes, muchas existencias y libre de cargas; ahora tiene menos materia prima y, sobre todo, una hipoteca de alrededor de cinco millones de euros que complica mucho las cosas».
Juez continuó explicando que «vendimos entonces para salir de la mala situación económica, y nos quedamos sin la bodega y con la deuda, por lo que recuperarla ahora con más deudas encima no es precisamente la mejor opción».
En esta tesitura, y a la espera de la asamblea de socios que se celebrará el día 14 y en la que se va a decidir si se ponen en marcha movilizaciones, los viñistas siguen con su ronda de contactos para tratar de recabar soluciones. Sin ir más lejos, ayer mantuvieron un encuentro en Sevilla con el delegado del Gobierno en Andalucía, el sanluqueño Luis García Garrido (PSOE), quien les había dado su palabra de que iba mediar en el conflicto entre Nueva Rumasa y la cooperativa Virgen de la Caridad.
