La avenida Álvaro Domecq, junto a Lola Flores y Arcos, fueron los puntos en los que con la llegada de la tarde se empezaron a congregar más aficionados. :: J. C. CORCHADO
Jerez

El ambiente motero se hace de rogar en una jornada tranquila y poco masiva

La llegada de viajeros fue escalonada y solo por la noche se empezó a notar la verdadera fiesta en un día que acabó con 11 heridos leves

JEREZ/EL PUERTO. Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Ni era un puente festivo, como ocurrió el año pasado, ni están los bolsillos para alegrías. Por eso, el primer gran día de la motorada en la provincia con motivo de la celebración del Gran Premio de Jerez fue mucho más tranquilo que en otras ediciones, y solo la llegada de la noche logró animar la fiesta y ofrecer la tradicional imagen de las motos aparcadas en las zonas de ocio de las diferentes localidades.

El rugido de los motores y los trajes de cuero eran ayer la foto más buscada, pero los aficionados se hicieron de rogar y salvo en el recinto e inmediaciones del circuito de velocidad, donde desde por la mañana el ambiente era considerable, en el resto de zonas calientes solo hicieron acto de presencia cuando ya estaba bien avanzada la tarde.

Esa poca afluencia la notaron también los efectivos al cargo del operativo de seguridad, que ayer destacaron que la tranquilidad y la fluidez del tráfico fueron en general las notas dominantes de una jornada que se saldó con nueve accidentes en diversos puntos de la provincia que dejaron un total de once heridos leves, algunos de los cuales recibieron de forma inmediata el alta médica.

Según informaron desde la Consejería de Salud, tres de los siniestros tuvieron lugar en la carretera autonómica A-384, a la altura de Olvera. En ellos se vieron implicadas tres personas que cayeron de sus motocicletas y resultaron heridas leves. Dos fueron trasladadas al hospital de Jerez y la tercera en una ambulancia al Virgen de las Montañas de Villamartín.

En el casco urbano de Jerez se produjeron tres incidencias de tráfico de carácter leve, una de ellas en la calle Merced y la otra en la avenida José León de Carranza, en las que se vieron implicadas tres personas. A estos accidentes se suma el que tuvo lugar el jueves cuando un motorista resultó herido tras caer cerca del Circuito, aunque ayer ya estaba dado de alta.

Aparte de eso, la jornada no se salió de la normalidad en Jerez, y solo se realizaron las típicas actuaciones para multar a dueños de quads y contra los que se empeñaban en hacer 'caballitos'. Ni rastro esta vez de las habituales gymkhanas ilegales en puntos como la zona sur, donde varios furgones policiales disuadieron esta vez de saltarse las normas.

Y a medida que pasaban las horas el tráfico se hacía denso, aunque fluido, y las avenidas Álvaro Domecq, Lola Flores y Arcos o las Torres de Córdoba se iban llenando de viajeros que coparon las terrazas y los bares de copa, aunque en menor medida en que ediciones anteriores.

Otro punto de encuentro importante en Jerez fue el botellódromo, donde la Policía Local informó de que a las 21.00 horas se concentraban alrededor de 2.000 personas que iban a aumento y que se habían convocado a través de internet.

En cuanto a El Puerto, se produjeron tres incidencias de tráfico leves en las que se vieron implicadas cinco personas -que ya están dadas de alta-, y como en Jerez solo a partir de la caída de la tarde comenzó a notarse con más intensidad la presencia de moteros.

Los controles policiales se evidenciaron en puntos como la rotonda de la Carabela, en la avenida de Europa, y la estación de tren, cerca de la rotonda de Pozos Dulces y paso obligado para acudir a El Paseo, otro punto caliente. En el entorno del centro comercial Bahía Mar también se intensificó la presencia de agentes, pero no tanto por la abundancia de moteros, sino por la presencia de grupos de jóvenes con coches tuneados y equipos de música. Todos los que tenían el volumen alto eran registrados por la Policía, que también realizó cacheos de forma disuasoria.

Con todo, el goteo constante de moteros se mantuvo hasta la noche y llenó las calles del centro. Los bares de la Ribera del Marisco, la calle Misericordia y la plaza de la Herrería comenzaron a notar la motorada con más intensidad. Este buen ambiente tuvo un importante prólogo en la noche del jueves, que para sorpresa de muchos fue muy animada en esta zona que desde ayer al mediodía está cerrada al tráfico.

La otra cara de la moneda fue para otro de los puntos favoritos, Valdelagrana. Casi desierta a medio día, la mayor parte de los veladores se quedaron vacíos a la espera de moteros. Por la tarde noche, el ambiente fue algo frío e incluso más flojo que el año pasado, como constataron los hosteleros de la zona. Según su versión, los propios moteros dicen que muchos han elegido otras localidades -Chipiona y Chiclana- como destino. De hecho, en Chipiona el ambiente era bastante importante, a diferencia de en Sanlúcar y Rota, dos poblaciones que por su proximidad a Jerez y por el atractivo de las playas también suelen registrar una alta asistencia. Sin duda, el fenómeno de la motorada en la Bahía no se ciñe a El Puerto y desde hace varios años son muchos los aficionados que optan por otros destinos.