Javier Perdigones posa con la consola que subastará en el Casino. :: ESTEBAN
Jerez

El carpintero de Dios

Javier Perdigones comienza la acción social de su carpintería subastando una pieza en 'ukola'Gerente de la empresa Peryol, presume de cofrade y cristiano y ayuda a los más desfavorecidos de la sociedad

JEREZ. Actualizado: Guardar
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Es un profesional de la madera. Un empresario, un gerente con mil iniciativas bullendo siempre en su cabeza. Un aventurero, un estudioso del mundo de la costalería. Y es cofrade. Y creyente. Y cristiano. Y un hombre comprometido con la realidad que le rodea, con las necesidades que actualmente se ven por cada esquina, en cada barrio. Juntar todo eso en la sociedad actual es ciertamente complicado, pero Javier Perdigones, gerente de la empresa Peryol, es una especie en extinción que en estos tiempos de crisis nada más que piensa en expandir su empresa, en tocar nuevos formatos para cubrir más espectros de su trabajo, la ebanistería.

Suyas son las parihuelas de la Esperanza de la Yedra, los Dolores, la Esperanza de San Francisco o la Encarnación. Suyo es el paso de la Humildad y Paciencia. Suya es la restauración de las estructuras del paso de la Cena, trabajando de manera conjunta con la empresa Ressur, que dirige con acierto Francisco Bazán. Es un gran conocido en la Semana Santa, pero este cofrade quiere abrirse paso en la sociedad, dar a conocer su trabajo y su oficio gracias al compromiso con los necesitados. El próximo sábado, a las doce de la mañana en el Casino Jerezano, Javier Perdigones donará a su hermandad de la Yedra un frente de altar y un ambón para las lecturas en madera de cedro tallada a mano. «Era una necesidad que percibía cada sábado en la misa, y comprendí que podía ser una buena oportunidad de engrandecer el patrimonio de mi cofradía», afirma el empresario. Para que no haya dudas sobre la tasación de la donación, será una empresa ajena a la propia carpintería la que valore el trabajo realizado, para la contabilidad de la hermandad de la Madrugá. Y en ese acto, Perdigones quiere poner la primera piedra de lo que será en un futuro la fundación que llevará su nombre, ya que subastará una consola de 'ukola' brasileña tallada a mano. «Es un tipo de madera muy costosa, porque escasea y además es durísima a la hora de trabajar. Es una pieza única, que espero tenga buena salida en la subasta».

La ocasión, sin duda, lo merece, puesto que los beneficios que se saquen en la subasta del Casino Jerezano irán, a partes iguales, para la bolsa de caridad de la coronación de la Esperanza de la Yedra y la Fundación Patricia Bazán. «Quería, de alguna manera, que mi empresa se involucrara en la sociedad que vivimos. Soy cristiano y no puedo vivir ajeno a lo que veo cada día. Doy de comer a 23 familias en la actualidad, y esto es sólo un primer paso. Quiero en un futuro próximo gestionar una fundación que ayude al hombre a comprender el oficio de la madera, que le acerque a los valores cristianos, que le ayude a descubrir a Dios, y que reporte en la sociedad». Ideas, desde luego, no le faltan. E ilusión, tampoco. Es Javier Perdigones... el carpintero de Dios.