EL TRANVÍA

PAZ SOCIAL

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Ha sido la semana, en Jerez, de la confirmación de la candidatura de Pedro Pacheco a la Alcaldía, la de su reaparición pública, la semana también de nuevas imputaciones en el conocido como caso de los asesores y la de un nuevo episodio -y van...- de las luchas intestinas en el PSOE con sus dos primeros espadas, Pilar Sánchez y Francisco González Cabaña, ya sin intentar ni tan siquiera mantener las formas. Pero el jueves sucedió algo que debería suponer el primer paso para que algo cambie en esta ciudad y se rebaje aunque sea un poco el clima de crispación social existente. O al menos eso se espera. Me refiero a la sentada que tuvieron representantes del gobierno local, con la alcaldesa Pilar Sánchez a la cabeza, y los principales dirigentes sindicales de la ciudad. Hacía mucho, mucho tiempo que no se sentaban juntos a dialogar, a hablar tranquilamente para buscar soluciones a algunos de los numerosos conflictos laborales que tienen que ver directamente con el Ayuntamiento. Demasiado tiempo. Tanto que posiblemente esa tardanza haya influido notablemente en el enquistamiento de ese ambiente tenso y crispado que se ha instalado en Jerez perjudicándole notablemente.

Porque raro es el día en el que esta bendita ciudad no es escenario de alguna protesta laboral. Si no es un encierro, es un plante a las puertas del Consistorio. O si no, una amenaza de huelga. Es como el día de la marmota. Uno llega por la mañana a la redacción del periódico con la certeza de que llegará el aviso de alguna movida de este tipo. Un día y otro. La crisis económica, la general y la propia del Ayuntamiento, el paro y los problemas con buena parte de las concesionarias municipales tienen, básicamente, la culpa. Y lo llamativo es que haya pasado tantísimo tiempo desde la última reunión de la Mesa de Concertación Social. Los sindicatos la han solicitado repetidamente ante la acumulación de problemas de este tipo que sufre la ciudad.

Lo de este pasado jueves no fue, ni mucho menos, una encuentro de esa Mesa de Concertación, pero al menos sí sirvió para volver a sentar juntos a sindicatos y gobierno local. Se sentaron las bases para solucionar algunos de los conflictos laborales actuales (Acasa y Limasa) y, de paso, se dio el primer paso hacia una posible paz social, algo que Jerez necesita con urgencia.

En otro orden de cosas, las últimas líneas de este espacio semanal van dedicadas a un 'amable' lector al que le gusta, de tanto en tanto, dejar alguna perla a modo de comentario sobre varios artículos colgados en nuestra web. Tiende en ocasiones al insulto y la descalificación hacia quien suscribe. Igual el anonimato que suele proporcionar internet le hace sentirse más valiente, no lo sé. Peor para él. Sé quién es, pero puede estar tranquilo porque cuando me lo cruce disimularé. Eso sí, solo un apunte al respecto: con esa actitud quizá le esté haciendo un flaco favor a los intereses que representa. Porque estoy convencido de que la práctica totalidad de los que le acompañan en su viaje no son así. Afortunadamente.