EL FUTURO, EN UN CLICK

¿ Un martillo es bueno o malo? Depende de si lo utilizamos para clavar puntillas o para romperle la cabeza al vecino. La era digital no tiene detractores, pero sí escépticos que se cuestionan si la sociedad está correctamente educada para afrontar los profundos cambios que acarrea. En los últimos dos años, la provincia ha superado el escalón definitivo: ya hay más viviendas con internet que sin él. En 2010, según la última Encuesta sobre Equipamiento y Uso de Tecnologías de la Información y Comunicación en los Hogares, recién publicada por la Junta de Andalucía, Cádiz ha vuelto a incrementar en un 7,7% el número de hogares conectados a la Red. La tendencia es imparable, y la media de crecimiento de la pasada década, que se prevé que continúe en alza, hace pensar que en menos de tres años el porcentaje superará el 80%. A pesar de que sus indicadores económicos, demográficos y de desarrollo son peores que los de otras muchas provincias españolas, Cádiz, sin que nadie acierte a explicar muy bien por qué, presenta mejores datos que Castellón (52,2%) o La Coruña (54%), por ejemplo, regiones que gozan de un nivel de renta bastante más elevado. La realidad es que la tan cacareada revolución digital no ha hecho más que empezar, y que ha encontrado en la provincia un territorio convencido y predispuesto, pero el futuro se presenta lleno de incógnitas sobre hasta qué punto estas transformaciones, a veces sutiles y a veces agresivas, alterarán la forma en que nos relacionamos, trabajamos, consumimos, organizamos nuestro tiempo o convivimos en familia. Todos estos aspectos, que en última instancia nos definen, cargan con un enorme interrogante, y solventarlo exige altas dosis de pedagogía. Se trata, básicamente, de aprender a utilizar el martillo para clavar puntillas sin rompernos ningún dedo.

Los 589.272 gaditanos que ya son usuarios habituales de internet (casi el 50%), según el informe, han dado el primer paso para rehuir uno de fenómenos perjudiciales a los que habrán de enfrentarse las instituciones. José Carrión, director del Grupo Universitario de Investigaciones Sociales de la UCA lo llama «analfabetismo tecnológico», y Alberto Fernández, psicopedagogo experto en nuevas tecnologías, habla de «riesgo de exclusión digital». A la obviedad de que las personas que pierdan el tren ahora tendrán más dificultades para encontrar trabajo, se añaden otras. «Las administraciones irán eliminando la correspondencia en papel y los servicios personales de atención al usuario, las plataformas comerciales apostarán por la venta electrónica, e incluso la facturación del agua o la luz se harán muy pronto vía mail, así que lo que realmente se está jugando un individuo que permanezca al margen de todo este proceso es la imposibilidad de moverse en un mundo distinto», explica Fernández, autor de varios artículos sobre la necesidad de implantar nuevos recursos educativos para evitarlo.

José Carrión apunta que en los próximos tres años veremos cómo se consolidan determinadas tendencias: «Se hablará aún menos por teléfono, se reducirá el tiempo de relación personal y directa con los amigos, se multiplicará exponencialmente el teletrabajo, despegarán definitivamente los periódicos 'on line' y habrá que legislar en infinidad de nuevos campos». No se trata sólo de una opinión personal, sino de las conclusiones de un estudio sociológico de 'One Publisher' que los expertos barajan como previsiones «más que fiables, seguras».

Siete de cada diez menores de 15 años gaditanos ya se conectan a la Red con frecuencia. Es decir, 76.256 chavales, que dedican una media de 2,7 horas diarias. Cuando se les preguntan los motivos, subrayan que las tareas escolares están en primer lugar, seguido de las actividades de ocio y esparcimiento. El 'boom' de Facebook, Tuenti o Twitter les está tocando de lleno. Son la generación de prueba. Los conejillos de indias.

Efecto Zuckerberg

La película de David Fincher 'La Red Social', nominada a varios Oscar, termina con el inventor de Facebook, Mark Zuckerberg, pulsando obsesivamente la tecla de 'actualizar'. En la 'vida real' es completamente incapaz de relacionarse con nadie. José Carrión habla de hechos contrastados: «Los primeros estudios demuestran que las redes sociales permiten ampliar el número de personas con las que contactamos y con las que nos interrelacionamos, pero reduce el número de amigos y el tiempo que le dedicamos, porque la comunicación 'digital' es más superficial y limitada».

O sea, nos relacionamos con más gente, pero de una forma menos auténtica. Si a las 2,7 horas de media que dedican los menores a navegar, añadimos las casi tres que emplean en ver la televisión, la pregunta es: ¿Cuándo tratan, cara a cara, con seres humanos 'reales'? Y ¿cómo afectará eso a su carácter?

Alberto Fernández señala que la forma de expresarse en la Red, «más descuidada, rápida e informal», está hundiendo los índices de comprensión lectora, algo que ha percibido la inmensa mayoría de los profesores de instituto: «Si el texto contiene un par de subordinadas, o va más allá de sujeto, verbo y predicado, ordenados de modo telegráfico, muchos chavales se pierden».

¿La solución? José Carrión se hace eco de uno de los consejos planteados por terapeutas familiares: «Que los menores no tengan el ordenador en su cuarto, si no en el salón, que se evite su aislamiento, y que se utilice para ocio, pero también con fines provechosos». Para Alberto Fernández, lo ideal es que «la lectura en digital se acompañe de la lectura de libros de los de toda la vida, para que lo que los chavales ganen por un lado no lo pierdan por el otro, o acabarán siendo incapaces de enfrentarse a textos de cierta complejidad.

El último gran apartado de la revolución digital (en primero, en términos económicos) es el de los cambios relativos a nuestros hábitos de consumo. La encuesta de la Junta fija en 178.884 el número de gaditanos que compran por internet, aunque el concepto de 'derecho a la gratuidad' que ha extendido la Red ahonda en la diferencia entre 'adquirir' y 'consumir'. Fernández cree que será el mercado quien tendrá que adaptarse: «Si a un lado de la calle te ofrecen caramelos gratis, y enfrente te venden los mismos caramelos, está claro, con independencia de cuestiones morales, quién va a salir ganando». Para Carrión, «casi todo el marco del negocio por internet está por aclararse, pero no tardaremos mucho en saber por dónde van los tiros». Tres años. Casi nada.

NÚMERO DE VIVIENDAS DE LA PROVINCIA CON INTERNET

Un 56,4% de las totales. A lo largo de 2010 la cifra ha crecido en un 7,7%. La provincia es la tercera de Andalucía, por detrás de Málaga y Sevilla, aunque presenta un mejor porcentaje que otras con mayor renta familiar media, como Castellón (52,2%) o La Coruña (54%). Cádiz está muy bien situada.

NÚMERO DE MENORES USUARIOS EN CÁDIZ

Siete de cada diez lo hacen habitualmente, con una media de 2,7 horas diarias, a las que habría que sumar otras casi tres de consumo televisivo. Sus principales intereses son, según la encuesta de la Junta, 'realizar tareas educativas', 'ocio y disfrute', y 'comunicación a través de las redes sociales'.

NÚMERO DE GADITANOS QUE USAN INTERNET

La cifra ya roza el 50% de la población total, un porcentaje sólo al alcance de las provincias más avanzadas. Los que no tienen conexión en casa lo hacen porque acceden desde otro lugar (11,9%); los contenidos son perjudiciales (12,3%); no les resulta útil o interesante (54,1%); o por el coste (31,6%).

NÚMERO DE GADITANOS QUE COMPRAN POR INTERNET

El incremento del más del 10% en el último año confirma las previsiones proyectadas en 2009. En menos de tres años, la cifra se cuadruplicará. Por otro lado, 922.042 gaditanos ya tienen firma electrónica, requisito indispensable para realizar las gestiones vía web de varias administraciones y empresas.