El campo estaba ayer repleto de algodón mojado por la lluvia. :: L. V.
Jerez

El algodón resucita en la provincia

Los agricultores vuelven a poner sus miras en esta materia prima y en los campos se ve la misma actividad que antes de la OCM La lluvia ha paralizado la cosecha de este cultivo que se paga como «en sus años de esplendor»

JEREZ. Actualizado: Guardar
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Las fincas que lindan con la carretera de las pedanías de Jerez, o con la autovía a Sanlúcar o Sevilla, muestran estos días una llamativa estampa con los campos plagados de cápsulas de níveo algodón que ya se está cosechando y que sólo ha perdido algo de vistosidad por las últimas lluvias, que además han obligado a echar el freno a la campaña de recolección.

Este abundante y acolchado manto que se extiende por miles de explotaciones de la comarca de Jerez y del resto de la provincia es la prueba más evidente de que, pese a la OCM que afectó en 2006 al cultivo y a que no corren buenos tiempos para el sector primario, el algodón está viviendo su propia resurrección y vuelve a traer ilusión a los productores tradicionales.

«Vuelve a verse la misma actividad en el campo que antes de que se aplicara la nueva reforma del algodón aprobada en Bruselas», recalca José Luis Ibáñez, técnico de la organización agraria COAG Cádiz. Ibáñez confirma que el algodón «está otra vez vivo», que los productores se muestran de nuevo interesados en esta materia prima, y que no ocurrirá lo que en las pasadas campañas, cuando muchos de los que habían sembrado no se molestaron siquiera en recoger la cosecha para evitar más costes.

Y es que una de las claves de este nuevo renacer de uno de los cultivos más tradicionales de la provincia, además del aumento de la demanda internacional de fibra y la menor oferta disponible, es que los precios se han disparado -por esas mismas causas- y los agricultores van a cobrar cantidades que hace al menos 15 años que no llegaban a sus bolsillos.

El técnico de COAG Cádiz da cifras, y explica que los precios pagados por el momento rondan las 70 pesetas por kilo de algodón bruto (hasta 0,42 euros), en comparación con los 0,27 euros del anterior año (algo más de 44 de las antiguas pesetas). «Es casi el doble de lo que se estaba abonando», insiste Ibáñez, que añade que estas cantidades han favorecido que se esté dando un cierto resurgimiento económico en las áreas de producción.

Pero es que, además, entre bonificaciones y otros conceptos como el IVA o los portes es posible que se puedan alcanzar hasta las 85 pesetas (51 céntimos de euro).

Obligados a producir

Y si hay buen precio no habrá tantos obstáculos para que la cosecha sea abundante, al contrario de lo que ocurrió sin ir más lejos el año pasado «cuando no había ninguna obligación de producir para cobrar las subvenciones».

Ahora la situación no es la misma, hay que producir unos mínimos, lo que corrige esa perniciosa consecuencia de la reforma del régimen de ayudas al algodón que introdujo el desacoplamiento, un sistema que desvinculaba la ayuda de la producción, lo que permitía al sector recibir ayudas sólo por mantener la planta hasta la apertura de la cápsula -aunque no se cosechara-. «Si unías eso a que los costes de la recolección y el mantenimiento del cultivo eran altos, lo que ocurría es que apenas había cosecha y se rebajaba la calidad», enfatiza el técnico de COAG.

Pero la tortilla se ha dado la vuelta, y eso no sólo queda claro en la comarca de Jerez, «donde se van a obtener buenos rendimientos», sino en el resto del país, donde la siembra se ha estabilizado después de muchos vaivenes. Así, según los datos oficiales, en España se han plantado 53.528 hectáreas, de las que 53.449 se extienden por Andalucía, sobre todo en Sevilla y Cádiz.

Esos mismo datos apuntan que está previsto que se cosechen unas 118.000 toneladas que las organizaciones agrarias elevan incluso un poco más, por encima de las 120.000. «Hay perspectivas de futuro, la gente tiene ganas de producir y encima se pagan los precios de los años de esplendor», hace hincapié Ibáñez, que también resalta que «no ha habido incidencias de plagas, sobre todo porque han autorizado el uso de alguna materia activa contra las enfermedades».

En esta tesitura, ahora queda esperar que la lluvia pare y permita continuar con una cosecha que en la provincia se inició hace unos diez días y que no se podrá poner de nuevo en marcha hasta el fin de semana por los alrededor de 70 litros por metro cuadrado que han caído.

Las precipitaciones son la única mala noticia por el momento, ya que además de retrasar el desarrollo de la recolección «el agua puede afectar a la calidad de la fibra, en particular se las cápsulas caen al suelo, y eso haría que disminuyeran las bonificaciones», finaliza el técnico de COAG Cádiz.