«El principal vehículo de integración es el idioma»

La Comisión Católica Española de Migración -Accem- extendió su red de trabajo por Jerez hace cinco años y desde entonces, Rodrigo Gómez es su cabeza visible en toda la provincia. Su labor va encaminada a conseguir que estas personas tengan las máximas herramientas para vivir en la ciudad.

-¿Cómo empezó a trabajar la Comisión Católica Española de Migración en Jerez?

-En diciembre cumpliremos cinco años en la ciudad. Nuestro primer proyecto se inició con pisos de acogida que tenemos aquí. Está financiado por la Consejería de Igualdad y por allí han pasado cada año unas cuarenta o cincuenta personas en riesgo de exclusión social. Luego hemos ido creciendo, trabajando en otros proyectos y actualmente contamos con unas veinte personas trabajando en el colectivo.

-¿Qué más proyectos tienen?

-Tenemos un programa de acogida que ha contado con diferente número de plazas -ahora tenemos doce- para inmigrantes que acaban de salir de centro de internamiento. También contamos en una finca de Arcos con dos casas, donde trabajamos 14 personas para 25 niños y el 90% del equipo es prácticamente jerezano.

Además desde hace dos años y medio nos cedido un local del Ayuntamiento, que compartimos con Aila-Asociación de inmigrantes latinos- donde desarrollamos algunos talleres para ayudarles a insertarse en la sociedad. Tenemos un proyecto de un cibercafé donde la gente puede conectarse a Internet de manera gratuita. Le enseñamos a navegar y a familiarizarse con las nuevas tecnologías. Para ello contamos con voluntarios que tienen nociones de informática.

-¿Cuál es la principal barrera que encuentran para integrarse?

-Lógicamente el idioma. Por ello tenemos otros talleres en los que trabajamos durante todo el año, de manera bastante fuerte, para que aprendan español. Creemos que es el principal vehículo de integración y si no dan estos pasos previos difícilmente podrán integrarse en otros aspectos. Creemos en la corresponsabilidad que tenemos los inmigrantes con el país que nos acoge y viceversa y a nosotros nos toca conocer dónde vivimos.

-¿Cómo comenzó a relacionarse con este trabajo?

-Soy chileno, pero llevo en España casi 8 años. Mi experiencia siempre ha sido con personas en exclusión social. Antes de llegar aquí estuve trabajando en Madrid dos años y medio con otras organizaciones relacionadas con menores tutelados y luego estuve en Benalup en la Fundación Márgenes y Vínculos, como tutor para niños con problemas de conducta. Entonces me ofrecieron el cargo en Accem. Me gustaba el tema y aquí sigo. Hemos crecido. De una persona hemos pasado a contar con 21 contratadas y doce voluntarios, algunos de ellos con cinco años de experiencia con nosotros. Crecimos mucho sobre todo los primeros tres años y en los dos últimos estamos más estabilizados en este sentido.