EL PUERTO

La escasez de vocaciones, otro problema

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«Cuando un anciano está muy enfermo nos turnamos noche y día para que no muera sólo. Y si está en el hospital también. Algunos reciben visitas de las familias, pero otros no». La vida entregada al bienestar de los más desvalidos trasciende la cuestión religiosa y tiene mucho que ver con la bondad natural de las personas que deciden encomendar su vida al cuidado de las personas mayores. Pero para que misiones como la de las Hermanitas de los Pobres sigan adelante es necesario, además de los recursos económicos, las vocaciones. Algo que, en estos tiempos, escasea. «Hay muy pocas chicas que entren en la carrera religiosa, pero de momento seguimos adelante y a merced de lo que Dios disponga».