Vladimiro Feliz, en la Caseta Municipal de la Feria. :: L.R.
FERIA DE EL PUERTO DE SANTA MARÍA 2010LA FERIA POR BOCA DE VLADIMIRO FELIZ CONCEJAL DE OPORTOFERIA DE PRIMAVERA

«Es una fiesta grandiosa»

El embajador portugués en El Puerto desea tender un puente en la comercialización de los vinos y en la activación del sector turístico El Ayuntamiento ha dedicado la Feria a la ciudad lusa

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Su peculiar apellido compite en optimismo con el de su anfitrión, el concejal de Fiestas Millán Alegre. Y su nombre era ayer pronunciado con la naturalidad de un componente más de la comitiva institucional portuense. Siempre con una sonrisa, Vladimiro Feliz, concejal de Turismo de la Cámara Municipal de Oporto, casi atendió a más medios de comunicación que el alcalde, Enrique Moresco, y con paciencia espartana acudió presto e inmediato a los requerimientos de sus homólogos portuenses.

A su visión «grandiosa» de la Feria de El Puerto se sumaron sus elogios al vino fino, al jamón de bellota y a sus eternos acompañantes segundones, los picos. «Me gusta comer así, pequeñas cosas». Los platos de pescaíto frito se paseaban por la caseta municipal mientras el político luso, que pertenece al partido socialdemócrata, de centro- derecha, hablaba sobre planes de futuro.

Planes de futuro

«Estamos discutiendo posibles formas de colaboración en el sector del vino y han venido dos empresarios que organizan eventos relacionados con eso». Pero a diferencia de El Puerto, que ahora está volviendo la vista hacia el río Guadalete y sus posibilidades, en Oporto organizan competiciones deportivas en el Duero, que también atraviesa la ciudad. «Tenemos la Fórmula 1 de los aviones, en septiembre, que se cierra con un castillo de fuegos artificiales desde el puente. Las regatas son continuas». No obstante la explotación del turismo como fuente de riqueza sí es una asignatura pendiente para los portuenses de 'Porto'. «Hay que hacer un esfuerzo en lo que es relevante, y El Puerto lo es. Ahora queremos invertir, pero no se trata tanto de las cantidades como de hacerlo bien». No en vano, los números parecen ser el punto fuerte de Oporto. Frente a la crisis, Vladimiro presume de buena gestión económica. «En 2009 tuvimos superávit y somos la única ciudad de Portugal que paga a sus proveedores cada treinta días».