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El conocido río chiclanero goza de una estética negativa por el fango y la suciedad acumulada. :: J. ARAGÓN
dragado

El río Iro, el nexo olvidado entre La Banda y El Lugar

El impulso a una ribera fluvial potente desde el punto de vista del ocio y el comercio es una de las viejas aspiraciones de los chiclaneros El estado actual del cauce urbano pide un dragado

JESÚS ARAGÓN
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El río Iro está desaprovechado. Eso es lo que piensan muchos chiclaneros y turistas que ven en el cauce urbano de éste una oportunidad para la revitalización económica y turística de la zona centro.

En la etapa del gobierno cuatripartito, allá por 2008, hubo un intento de poner en marcha una ribera de ocio y comercio. El entonces edil de Urbanismo, José Pedro Butrón, entabló contactos con el Ministerio de Medio Ambiente y Costas al objeto de analizar las posibilidades de dragar parte del cauce a su paso por la localidad.

Esta idea, contemplada por muchos desde hace décadas por el mal estado estético que los fangos dejan con la bajamar en el Iro, ha sido descartada una y otra vez por los sucesivos gobiernos por su elevado coste y las trabas ambientales.

Sin embargo, el actual gobierno incluía en su propuesta electoral a las pasadas elecciones municipales una revitalización del paseo fluvial. Colectivos náuticos como los clubes de piragüismo y practicantes de vela hablan abiertamente de la posibilidad que tendría el Iro para realizar concentraciones y rutas turísticas muy atractivas, que también lo serían para embarcaciones a motor de pequeño calado.

Asimismo, los comerciantes del entorno llevan años pidiendo una mejora de la zona. En su anterior etapa como alcalde, Marín dio el visto bueno a que la GMU iniciara los trámites para, con fondos del Plan Urban, diseñar un paseo fluvial. Tras el cambio de gobierno aquella actuación cayó en saco roto. Pero el Iro está condenado a convertirse en un elemento integrador en la ciudad.

Tras la riada de 1965 y el derrumbe y posterior reconstrucción del Puente Chico, el centro de Chiclana ha estado dividido como nunca antes lo estuvo en su historia. La eliminación del Puente Presa y su sustitución por el conocido puente azul (Puente VII Centenario), contribuyó a que su desembocadura fuera más conocida. De hecho Chiclana Natural ha acometido proyectos de senderos y ha potenciado el papel turístico y de ocio de las salinas camino de San Fernando.

Sin embargo, el resto del cauce urbano, sobre todo el tramo entre El Fontanal y la Alameda ha quedado en el olvido. En El Arenal se modernizó la pasarela, y el nuevo carril bici hasta Pelagatos contribuyó a que muchos chiclaneros se acercaran al río. Las actuaciones meramente internas del cauce se han limitado, mientras, a la limpieza y al desescombro tras la construcción de la Gran Plaza.

Hacer navegable el tramo urbano del Iro es una vieja aspiración. Conectado directamente con los caños y salinas que mueren en Sancti Petri y se alimentan de agua salada del mar, muchos son los colectivos que piden una revitalización de su entorno. El PSOE planteó hace unos años la construcción de un paseo con locales de ocio y un paso verde. Nada más se supo de este proyecto.

Donde sí se ha actuado la administración, forzada por las constantes inundaciones de los últimos inviernos, ha sido en la desembocadura. Hace tres años se amplió el cauce y se suavizaron las curvas del Iro a la altura de la depuradora. Y hace solo unos meses, los técnicos plantearon varias medidas para acabar con las inundaciones. Además de la esperada presa contra avenidas de agua en La Victoria, el ensanche de la desembocadura del Iro fue una de las propuestas principales.