El propietario afectado detectó el vertido en primavera. :: j. f.
Jerez

El vertido fecal del PTA a un arroyo supera casi 15 veces lo permitido

El Ayuntamiento consideró «mínima» la contaminación cuando fue analizada a principios de este mes

JEREZ. Actualizado: Guardar
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No les faltaba razón a los propietarios de las fincas colindantes al arroyo de recogida de lluvias cercano al Parque Tecnológico Agroalimentario (PTA) cuando advertían de que las aguas que pasaban por sus fincas eran fecales. Concretamente, lo son 14,4 veces más de lo que deberían ser según dicta la ley por decreto, según un informe de la Agencia Andaluza del Agua al que ha tenido acceso LA VOZ.

Fue a comienzos de este mes cuando la delegada de Medio Ambiente, África Becerra, reconoció a este periódico que se había detectado «una conexión incorrecta» que provocaba que las aguas negras de todo el PTA fueran a parar directamente a un arroyo autorizado únicamente para aguas fluviales.

Pese a que la contaminación era «mínima» por su caudal, de 0,05 litros por minuto según la delegada -algo en lo que discrepan los afectados-, los parámetros mostrados por el informe denotan una gran falta de oxígeno, un nivel de sólidos superior al permitido e incluso la presencia de aceites y grasas.

Según detalla el Real Decreto 509/1996 sobre aguas residuales urbanas, el parámetro de demanda química de oxígeno -indicativo de la contaminación orgánica- no debe superar los 125 miligramos por litro para las aguas que van a parar a los ríos y mares, algo que contrasta enormemente con los 1.800 miligramos que da el resultado de la analítica de la Empresa de Gestión Medioambiental de la Junta. El nivel de sólidos en suspensión, de igual manera, no ha de superar los 35 miligramos por litro, a pesar de que el informe marca 61 miligramos para este parámetro.

Este valor denota que el agua «está muy contaminada con materia orgánica y más turbia de lo que debiera estar», según técnicos consultados de Ecologistas en Acción.

Directo al río

Todas estas comparaciones realizadas con la normativa estatal sobre aguas residuales se agravan si se tiene en cuenta que el cometido del arroyo D-123-4 era el de recoger, desde abril de 2008 y gracias a un convenio con la Comunidad de Regantes del Guadalcacín, únicamente las lluvias del PTA.

De hecho, si se comparan los datos obtenidos con los propios límites impuestos por la ordenanza de contaminación de aguas residuales del Ayuntamiento, la falta de oxígeno también se rebasa en 300 miligramos por litro, por encima de los 1.500 permitidos. La diferencia en este caso es menor bajo la directiva municipal porque ésta se refiere a las aguas destinadas al alcantarillado, y las referidas apuntan hacia el río Guadalete.

«No me extraña que digan que hay peste», añaden los técnicos de la asociación ecologista en referencia a los dueños de la parcela anexa. Y es que su propietario, Manuel García, fue consciente del hedor tras las copiosas lluvias del pasado invierno, aunque documentos ya referidos por este periódico indicaban que el acuerdo entre el parque y los regantes del Guadalcacín databa de dos años antes.

Sigue fluyendo

Por su parte, los afectados aseguran que por la canalización sigue fluyendo el agua, a pesar de las declaraciones de la edil de Medio Ambiente en las que aseguraba que el problema había obtenido ya solución y que se levantaría un acta a la constructora del PTA. El testimonio del propietario, además, alberga en sí una evidencia: hace días que no llueve.

«Ahora están metiendo también por ahí las aguas de las vías del tren», asegura el dueño de la finca colindante, Manuel García. Y no es el único afectado: en total son media docena de parcelistas a los que riega de forma directa el canal.

De manera indirecta son más los perjudicados. La trayectoria del canal contaminado por aguas fecales del PTA concurre hacia otro arroyo, el del Salado. Y desde ahí, hacia el río más jerezano.